Tras la imputación de la Audiencia Nacional por la quiebra de Zed WorldWide, el magnate ruso y dueño de Dia, Mikhail Fridman, ha optado por defenderse. "Cualquier acusación que implique a Mikhail Fridman en cualquier tipo de actividad ilegal con respecto a las empresas del Grupo Zed es totalmente falsa", ha señalado un portavoz de Fridman.
La misma fuente asegura que todavía no han "recibido ninguna notificación legal sobre este asunto". De hecho, insiste en que "las acusaciones, tal como las entendemos actualmente, parecen ser el producto de una teoría de la conspiración inventada por el Sr. Dolset y sus asociados, de quienes se ha comprobado en asuntos relacionados que han aportado pruebas falsas y engañosas".
El dueño de Dia ya defendió su inocencia en noviembre de 2017 cuando se desmarcó de cualquier decisión empresarial tras la detención de Javier Pérez Dolset. Sin embargo, en un informe policial se pone en duda la versión de Fridman.
En cualquier caso, el portavoz de Fridman deja en manos de las autorizades españolas la resolución del caso. "Confiamos en que las autoridades españolas -una vez examinado el caso- estarán de acuerdo con nosotros", apunta.
De momento, imputado
La Fiscalía Anticorrupción cree que el magnate ruso aprovechó su posición para forzar la situación económica de Zed hasta la insolvencia. El objetivo de Fridman, según la Fiscalía, sería el de comprar la compañía a un precio de 20 millones, "un precio irrisorio" y muy inferior al mercado.
El representante del Ministerio Público considera el objetivo de Fridman era "el apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad, ejecutadas en diversas líneas y que culmina con una situación de bloqueo institucional y económico de la compañía (insolvencia), para adquirirla a un precio irrisorio muy inferior al de mercado".