La idea de que Uber deje sin trabajo a los taxistas o de que los algoritmos de las redes sociales puedan afectar a los resultados de las elecciones puede provocar una sensación de consternación. Al leer noticias sobre tecnologías como la inteligencia artificial, los coches sin conductor o los drones, muchas personas sienten preocupación por la idea de que los robots vayan ocupando los trabajos y sus hijos tengan menos posibilidades de encontrar empleo.
Uno de los oráculos de Silicon Valley e impulsor de los movimientos de software libre y código abierto, Tim O’Reilly, dice en 'La Economía WTF' (What The Fuck?, algo así como “¿Qué demonios?”), publicado por Deusto y un imprescindible que desde Manager Focus no podemos dejar de recomendar, que nos dirigimos desordenadamente hacia un mundo moldeado por la tecnología, de una manera que no entendemos y con sobradas razones para temer.
Sin embargo, hay una clave para afrontar esta situación que, según él, está en identificar nuestro papel en la decisión sobre este futuro. En tomar hoy decisiones que den como resultado un mundo en el que queramos vivir. Un análisis en el que es esencial involucrar no solo a las empresas, sino también a los gobiernos.
Valoraciones millonarias
O’Reilly habla sobre las empresas “unicornio”, creadas por personas que se obsesionan con futuros aparentemente imposibles, que, en principio, no solo buscan la valoración millonaria de Silicon Valley. Para él, la inteligencia artificial y otras tecnologías unicornio tienen el potencial de mejorar el mundo, de la misma manera que las tecnologías de la primera revolución industrial crearon una riqueza para la sociedad que era inimaginable dos siglos atrás.
"En lugar de usar la tecnología para reemplazar a las personas, podemos utilizarla para aumentarlas de modo que logren hacer cosas que previamente eran inimaginables"
Pero, ¿cuál es el papel de Silicon Valley respecto al lamentable estado -valora- de la economía actual? El hecho de que la tecnología se use para reducir gastos en lugar de para empoderar a la gente es debido al sistema jurídico y financiero creado, un sistema del que también Silicon Valley es esclavo. Su mercado de expectativas permite la creación de empresas nuevas y creativas como Amazon o Uber, (de la que analiza el mapa de su modelo de negocio), pero también provoca que muchos emprendedores no busquen cambiar el mundo, sino la “salida a bolsa”.
Inteligencia, creatividad y moral
Para O’Reilly, hoy podemos hacer frente a grandes desafíos. Y, en ello, nuestro mayor activo es la elección moral, no la inteligencia ni la creatividad. Las cosas pueden empeorar mucho antes de que mejoren. Sin embargo, podemos apoyarnos mutuamente. Podemos elegir construir una economía en la que las personas -y no solo los beneficios- importen. Podemos soñar a lo grande y resolver grandes problemas. En lugar de usar la tecnología para reemplazar a las personas, podemos utilizarla para aumentarlas de modo que logren hacer cosas que previamente eran inimaginables.
En cualquier caso, la meta no es identificar qué ocurrirá, sino expandir la mente para pensar con responsabilidad sobre lo que puede ocurrir.
* Puedes profundizar más sobre este apasionante tema y acceder a la tribuna de Guillermo Dorronsoro, Director de la zona norte de Ibermática, profesor de Deusto Business School, en Manager Focus.