El consumo colaborativo o economía colaborativa se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitales, que satisface una necesidad a una o más personas. En teoría, esta nueva manera de consumir ahorra costes de producción y une a los consumidores reduciendo los precios y eliminando barreras de entrada al mercado.
Gracias a ella empresas como Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eat han sacudido los cimientos de la economía tradicional, pero no siempre cumpliendo las mismas reglas laborales y fiscales de las empresas tradicionales.
Uber es ya una de las mayores empresas de transporte del mundo, sin tener coches en propiedad, Airbnb es la mayor red de alojamientos sin tener ni una sola habitación de hotel y Glovo es la mayor red de distribución sin tener trabajadores contratados.
Intermediadores que se han hecho fuertes en todo el mundo y en España, gracias a la ausencia de regulación y a estructuras fiscales que intentan calcar de las grandes tecnológicas como Amazon, Google, Facebook o Twitter.
En España, estas grandes plataformas pagan menos impuestos que incluso los pequeños hoteles, empresas de VTC o pisos que intermedian. Los datos remitidos por estas propias compañías al Registro Mercantil indican que estas seis empresas (Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eat) pagaron apenas 2,7 millones de euros en Impuesto de Sociedades en su último ejercicio remitido a las autoridades mercantiles españolas.
700.000 euros en impuestos
Si quitamos el efecto de Glovo que pagó dos millones, pese a perder 564.00 euros e ingresar 14,2 millones, vemos que Uber, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar y Just Eat solo pagaron 700.000 euros al fisco por su actividad societaria. Mucho menos que una pequeña y mediana empresa (pyme).
Dentro de este grupo tenemos casos preocupantes como el de Deliveroo, que presentó sus últimas cuentas en 2016. RooFoods ingresó este año 3,8 millones de euros y pérdidas por 5,6 millones, pagando solo 16.227 euros por el Impuesto de Sociedades, una cifra que pagan cinco personas en España con un salario medio de 24.000 euros por IRPF.
Una situación similar vive BlaBlaCar que en sus cuentas de 2017, las últimas disponibles, -estas compañías acostumbran publicar sus números en el Registro Mercantil con años de retraso- su sociedad Comuto Iberia pagó 17.510 euros de impuestos tras ingresar un millón y ganar 54.443.
Airbnb, la red de alquileres turísticos tampoco es un gran contribuyente de la Hacienda española. En sus últimas cuentas disponibles del año 2017, Airbnb Marketing Services reflejó un pago de Impuesto de Sociedades de solo 72.152 euros, fruto de unos beneficios de 213.000 euros e ingresos de 4,6 millones. Parece poco para un compañía que ofrece reservas en más de 65.000 ciudades de todo el mundo y más de seis millones de alojamientos.
Just Eat y Uber
Just Eat Spain SL, la plataforma que unifica miles de restaurantes en España para enviar comida a domicilio, facturó en 2017 28,3 millones de euros -la que más ingresó de todas las empresas analizadas- y ganó 2,5 millones para terminar pagando 283.000 euros de Impuesto de Sociedades en este ejercicio.
Unos impuestos similares a los que pagó Uber en 2018. La empresa de transporte y que opera mediante las VTC es la única que ha presentado sus cuentas del año pasado reportando impuestos por 325.000 euros. Este mismo año ingresó 16,7 millones y registró 980.000 euros de beneficio.
¿Por qué estas empresas declaran tan pocos ingresos y casi no pagan impuestos? Muchas de ellas utilizan la misma fórmula de otros gigantes tecnológicos para aligerar su carga fiscal en España. Estas compañías suelen utilizar sociedades en países con menor carga fiscal como Holanda o Luxemburgo a la que las filiales españolas facturan como una sociedad de servicios de marketing.
En el caso de Uber, lo hace a través de Uber B.V., una sociedad de responsabilidad limitada constituida en los Países Bajos, Airbnb lo hace a través de su sociedad Airbnb Payments UK Ltd constituida en Londres y BlaBlaCar factura todos sus ingresos a su matriz francesa Comuto SA.
El mismo modelo utilizado por Netflix, HBO, Twitter o Facebook, que no declaran sus ingresos reales en nuestro país ya que toda su facturación se hace directamente a sociedades constituidas en países europeos con menores cargas fiscales. De esta manera, sus sociedades constituidas en España solo funcionan con la plantilla necesaria para mantener la marca y para cumplir con los mínimos requisitos del fisco español.