El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, mandaba este jueves un mensaje claro: las inversiones necesarias para acometer la transición energética precisan de una rentabilidad "razonable".
"Las energéticas nos distinguimos por ser empresas con una visión de muy largo plazo. Nuestras inversiones son muy relevantes, nuestros entornos se consiguen a lo largo del tiempo… si no podemos generar estos marcos estables, será muy difícil que favorezcamos la inversión", explicaba el presidente de la eléctrica. Un mensaje que transmitió durante el IV Foro Anual de Energía, organizado por El Economista, al que acudieron los primeros espadas de las compañías energéticas.
Reynés, que intervino al comienzo de la jornada, lo hizo en un contexto marcado no solo por los planes del Gobierno en lo que a transición energética se refiere sino por lo que, por otro lado, lleva revolucionando a las empresas -sobre todo a las gasistas- desde comienzos de julio. Hablamos, claro, de las circulares que prepara la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), entre las que se incluye una propuesta de recorte del 17,8% de la retribución que reciben las empresas por la distribución de gas y del 7% de la retribución de electricidad.
Con estas cifras sobre la mesa, las gasistas reaccionaron de forma inmediata asegurando que los mencionados recortes 'espantarían' a los inversores y harían imposible acometer las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por el Ejecutivo de Sánchez en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) enviado a Bruselas.
En la defensa de su mensaje, por tanto, Reynés no está solo. Quedó demostrado durante el evento de este jueves, en el que, entre otros, el presidente de Enagás, Antonio Llardén, pidió "estabilidad, anticipación y coherencia" a la CNMC, recalcando que "lo fundamental" es que este nuevo modelo permita cumplir con los objetivos planeados, así como asegurar "la estabilidad económica y empresarial" de las empresas afectadas.
La CNMC recoge el guante
No obstante, aquellos mensajes no quedaron en el aire. El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, recogió el guante y, al final de la jornada -que él mismo clausuró-, respondió a las gasistas: "Claro que se van a retribuir las inversiones. Las inversiones necesarias", matizó.
Con la reunión de la Comisión de Cooperación pendiente, el presidente del regulador justificaba el tiempo limitado para aprobar las circulares (tienen que estarlo antes del 1 de enero) y aseguraba que las alegaciones que han enviado todas las compañías, además de los sindicatos, están siendo tenidas en cuenta. "Durante las últimas semanas hemos intentado incorporar las reflexiones, el objetivo es perfeccionarlas", incidía.
Marín Quemada respondía también a las críticas sobre la falta de estabilidad. "Esto es estabilidad regulatoria. Avanzar cuál va a ser el sentir durante lo próximos años. Y es seguridad jurídica. Porque estamos en ese bucle técnico, europeo, en el que las cosas se anuncian con tiempo y se fijan para un periodo de tiempo determinado", reseñaba el presidente del regulador.
En las próximas semanas, la CNMC seguirá trabajando en los textos definitivos, con las alegaciones incorporadas (o no) para tratar de remitirlo con al menos dos meses de antelación al Consejo de Estado.