Siete años después de la pesadilla financiera que vivieron las empresas españolas por el descontrol de la prima de riesgo, los mercados financieros se pelean por comprar su deuda. Hasta tal punto que los inversores ya están dispuestos a pagar a cambio de conseguir bonos de muchas empresas del Ibex 35.
La situación es propicia para que las empresas emitan deuda. Y en este contexto, fuentes financieras dan por hecho que Iberdrola y Telefónica aprovecharán la coyuntura para lanzar una emisión de deuda en la que ya trabajan para este trimestre.
El mensaje que lanzó este jueves el Banco Central Europeo (BCE) de que empleará la munición que tenga en su mano para evitar un enfriamiento económico de la Eurozona va a acelerar esos planes. Esa munición no es otra cosa que más liquidez en los mercados y más penalizaciones a quienes no utilicen ese dinero para que fluya la economía y opten por los depósitos.
Se trata de un contexto irrepetible para las condiciones de financiación de las empresas españolas, cuya deuda fue emitida a tipos medios del 4% y ahora ven posibilidad de cerrar operaciones a tipos negativos.
Emisiones nunca vistas
El camino para la emisión de bonos de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán lo abrió este miércoles el FADE (Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico). Este instrumento, que fue creado por el Gobierno en el año 2010 para convertir en papel la ingente deuda del sector energético español, consiguió cerrar una colocación de deuda sindicada por debajo del 0%.
Se trata de la primera vez en la historia que España consigue hacer una operación de estas características a tipos negativos, esto es, logrando que los inversores paguen a cambio de participar en la financiación sindicada. Y esa fortaleza es hoy más sólida que el miércoles tras los anuncios de Fráncfort.
"En este momento hay más demanda de deuda que oferta y es lógico que las empresas se planteen aprovechar esa ventana para colocar deuda. Tenemos un entorno de tipos bajos y política monetaria expansiva a nivel global. A esto se suma la existencia de un riesgo geopolítico por el Brexit y la guerra comercial que aún no se ha materializado", explica a EL ESPAÑOL el director general de Mercado de Capitales de Goldman Sachs, Jorge Alcover.
Fortaleza en la caja
Tanto en el caso de Iberdrola, como en el de Telefónica, en estos momentos no hay necesidad de hacer caja. Sin embargo, para ambas compañías lanzar el mensaje de que pueden emitir a tipos negativos es una oportunidad que fuentes financieras consideran seguro que se aprovecharán.
Además, si el Brexit desemboca en un divorcio caótico o la guerra comercial se recrudece aún más, para las empresas es una oportunidad contar con las necesidades de financiación bien cubiertas y reducir su factura de intereses, explican a este periódico agentes financieros.
Fuentes de ambas compañías no comentan este tipo de operaciones, si bien en los dos casos reconocen que sus equipos financieros siempre están examinando oportunidades en los mercados para aprovechar ventanas de liquidez.
En el caso de Iberdrola, el mercado esperaba una emisión de la empresa eléctrica para el segundo semestre del año. Y dan por hecho que esos planes se acelerarán ahora. La compañía podría emitir bonos de entre cinco y siete años.
Mientras, Telefónica está inmersa en un proceso de reducción de deuda sin precedentes en su historia, pero aún así suele acudir a los mercados a cubrir vencimientos.
Este año, el grupo que preside José María Álvarez-Pallete ya lo ha hecho en tres ocasiones con emisiones de deuda en dólares, en bonos híbridos y deuda senior. Fuentes financieras aseguran que la operadora podría intentar cerrar una emisión de unos 500 millones de euros en bonos con vencimiento inferior a cuatro años.
Iberdrola tiene una deuda de 32.000 millones de euros, mientras que en el caso de Telefónica esta ronda los 40.000 millones de euros.
El impacto de los tipos negativos en su factura de intereses es, por el momento, muy limitado. Para una compañía como Telefónica, el ahorro de emitir ahora 1.000 millones frente a su deuda en circulación sería de unos 40 millones de euros. Una cuantía pequeña si se tiene en cuenta que la compañía destina al pago de intereses de deuda unos 1.600 millones de euros.
No obstante, el mensaje que lanza una empresa al colocar en el mercado deuda a tipos negativos es importante y podría, incluso, ser un revulsivo para impulsar su acción en Bolsa, que curiosamente ofrece una rentabilidad por dividendo muy superior a los bonos y cuenta con más dificultades para encontrar inversores.
Pese a que para salir de la crisis de deuda que se inició en 2007 el mensaje de las autoridades europeas ha sido pedir un esfuerzo al sector privado para que reduzca su deuda, lo cierto es que las políticas del BCE fomentan justo lo contrario.
Amadeus y Naturgy
En el Ibex 35 hay otras grandes corporaciones que se están beneficiando de este entorno y en los mercados secundarios ya tienen bonos cotizando a tipos negativos. Además de Telefónica e Iberdrola, es el caso de Amadeus o Naturgy.
"Hay grandes empresas españolas que ya fondean en los mercados a tipos negativos, tanto en la cotización de sus bonos, como en las operaciones que hacen de tesorería o en el papel comercial", señala Alcover.
Aunque a primera vista pueda parecer una esquizofrenia de los mercados que los inversores quieran prestar su dinero pagando por ello, lo cierto es que en el contexto actual, tiene su lógica. Hay que tener en cuenta, que guardar el dinero en depósitos tiene ya un coste para las grandes cuentas, cifra que en el caso de las empresas españolas podría rondar ya los 200 millones de euros.
Desde el equipo de Axa Investment Managers explican a este diario que otro de los motivos que anima a los gestores a pagar por comprar deuda es que "es muy posible que las rentabilidades pasen a ser más negativas, lo que significa que los precios de los bonos podrían subir".
Hay que recordar que en los mercados de renta fija, cuanto más rentabilidad paga un emisor, menos vale su bono. Y todo apunta a que la próxima presidenta del BCE, Christine Lagarde, reforzará los estímulos, con los que los tipos bajos han venido para quedarse por un largo tiempo.
A esta idea, desde el equipo de Natixis Investment Managers añaden que en el actual escenario, comprar deuda que ofrece buenas rentabilidades obliga a los gestores a aumentar el riesgo de sus inversiones, con lo que si quieren optar por una cartera conservadora, solo les queda pagar por comprar bonos.