Las huelgas convocadas por los tripulantes de cabina de Ryanair durante este mes de septiembre por el cierre de las bases de Gran Canaria, Tenerife Sur, Lanzarote y Girona apenas están haciendo daño a la compañía.
Durante los seis días de paros que se han secundado hasta ahora, apenas se han cancelado 14 vuelos (seis en la primera jornada y ocho en la segunda) y el seguimiento por parte de los trabajadores ha sido escasa. Pero todo esto tiene una explicación, porque la empresa que dirige Eddie Wilson utiliza una serie de artimañas que le permiten prácticamente esquivar la huelga.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes sindicales, Ryanair está llamando a cubrir los servicios mínimos al 125% de la plantilla diaria de la que dispone cada día en una base. ¿Quienes se libran? Los que están de descanso. Así lo ha denunciado el secretario de Organización de USO-Ryanair, Jairo Gonzalo, en una rueda de prensa convocada por el sindicato al que está afiliado (USO), Sitcpla y el de pilotos, SEPLA, que ha convocado una huelga para los días 19, 20, 22, 27 y 29 de septiembre.
Y a veces ni eso, porque otras fuentes de la empresa afirman que están llamando incluso a gente en su día libre. Este modus operandi se suma al llevado a cabo en los primeros días de huelga, cuando la aerolínea preguntó a los tripulantes si tenían intención o no de seguir los paros y les amenazó a través de un vídeo con adelantar el cierre de bases si no cesaban en su intención.
Compra a trabajadores
La otra artimaña es la 'compra' de trabajadores. Desde que empezó la huelga de 10 días en España, Ryanair se las ha ingeniado para traer a tripulantes de cabina de otras bases y otros países para cubrir los puestos de los españoles que, por su derecho a huelga, se negaban a trabajar.
Según ha podido saber este diario, han llamado a tripulantes de cabina de Portugal, Reino Unido y Alemania en las anteriores convocatorias y pese a que es una actividad ilegal, ha vuelto a llevar tripulantes de otros países a la base de Tenerife Sur el pasado fin de semana.
Una práctica que, según indican las fuentes consultadas, es muy habitual en la empresa que llega a pagar 800 euros a cada trabajador que reviente una huelga en otros países. Una cuantía que, si la persona en cuestión negocia, puede ascender.
Presencia de abogados
Además, la empresa ha llevado a abogados a las bases para tratar de que los inspectores de trabajo no se entrevisten con los empleados bajo la excusa de que "les podría provocar estrés".
Pero hay más. Incluso han realizado avisos a la Guardia Civil de que los trabajadores estaban "molestando" a los pasajeros cuando les indicaban que no realizarían el servicio de venta a bordo, salvo en casos de extrema necesidad a los colectivos vulnerables, como diabéticos, mayores o menores.
Solidaridad de sus compañeros
Los sindicatos llevan semanas pidiendo al Ejecutivo de Pedro Sánchez que acabe "con la total impunidad con la que actúa Ryanair en España", pero consideran que "no están velando por sus intereses".
Una actuación que contrasta con la de la Generalitat de Catalunya, que ha propuesto sancionar con 44.000 euros a la aerolínea (24.000 euros por vulnerar el derecho a huelga de los trabajadores y 20.000 por la obstrucción de la acción inspectora).
Con quienes sí cuentan es con el apoyo de sus compañeros de otros países, que poco a poco se están uniendo a la causa. Es el caso de los tripulantes de cabina de Bélgica. En una carta a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL destacan que "mientras que en algunos países, gracias a las huelgas del verano de 2018" se han logrado avances en sus condiciones laborales, "la situación sigue siendo desastrosa" en otros. Por esa razón, se movilizarán el próximo 27 de septiembre.