El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha referido este jueves a las circulares que prepara la CNMC en el mercado de la energía, que han revolucionado al sector sobre todo en el caso de los recortes a las retribuciones al gas.
Para Garamendi, hay que "ser consciente" de que hay que "escuchar y valorar" el análisis y puntos de vista de las empresas, una declaración que coincide con el periodo de alegaciones en el que está trabajando el regulador, y en el que, como contó este periódico, la CNMC ya ha recibido a algunas de las principales empresas afectadas como Naturgy o Enagás.
El presidente de la CEOE ha insistido en que hay que tener claro que las empresas invierten cuando hay "predictibilidad y seguridad regulatoria", ha dicho, al tiempo que ha hecho hincapié en que hay que "evitar vaivenes en los mercados provocados tan solo por el anuncio de una decisión que aún no es firme”, ha insistido.
En su intervención, Garamendi ha calificado de barbaridad "lo que se ha hecho en este sector" y ha cuestionado las decisiones que hacen que "una única empresa pierda 5.000 millones en bolsa en un día".
Gas y descarbonbización
Para Garamendi, "España necesita de energía de base y la mejor actualmente es el gas, fundamental además para la industria". Así, y aunque ha reconocido que "el objetivo de las empresas es trabajar en un futuro más limpio", ha remarcado que "debemos atender sin duda también la competitividad de las empresas".
Unas declaraciones que ha hecho durante la presentación del informe El papel del gas en la descarbonización del sistema energético de la UE, elaborado por el experto Christopher Jones y editado por la Fundación Naturgy.
El profesor del European University Institute dijo que “es necesario definir un sistema regulatorio que estimule las inversiones necesarias para lograr la descarbonización del mercado energético en la UE en 2050, y ello significa disponer de un modelo mixto de electrificación y de gas renovable”.
Este escenario mixto requerirá elevadas inversiones para que las empresas inviertan en renovables, gas limpio y plantas de captura y almacenamiento de carbono, pero Jones afirma que “el régimen regulatorio existente no ofrece en el presente ni las señales de inversión ni la certeza necesaria para plantear un modelo de negocio en el que invertir”. “Lo esencial es desarrollar un marco regulatorio que empiece a catalizar desde ya inversiones hacia el green and low carbon gas”, según Jones.
Reguladores de la Energía
Para alcanzar los objetivos de descarbonización, el experto considera que el modelo energético de futuro debería ser un híbrido de electricidad con renovables y gas descarbonizado. Jones argumenta que esta opción tiene un menor coste porque, en gran medida, utiliza infraestructuras existentes y evita la construcción de nueva líneas eléctricas. Según diversos estudios citados en su informe, afirma que con este modelo, el ahorro en la UE podría oscilar entre los 217.000 y los 540.000 millones de euros al año.
Por su parte, el experto en regulación Walter Boltz, aseguró que la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) señaló recientemente que “parece claro que un futuro sostenible necesita gases descarbonizados y nuevas tecnologías (como el power to gas o la obtención de hidrógeno a partir de excedentes de electricidad renovable), pero el marco regulatorio actual no se diseñó teniendo en cuenta estas actividades y la falta de regulación para estas áreas puede tener consecuencias no deseadas, actuando como una barrera o un obstáculo para su desarrollo”.
Según Boltz, “el reto regulatorio, como reconoce ACER, es asegurar que todo el conjunto de tecnologías pueda contribuir a la descarbonización, pero evitando el bloqueo prematuro de tecnologías específicas”. El experto defendió que “las medidas políticas para lograr la transición energética deben ser tan neutras desde el punto de vista tecnológico como sea posible, para garantizar que se utilicen las opciones más sostenibles y eficientes a largo plazo. Cualquier bloqueo prematuro tendrá efectos negativos y puede dar lugar a costes mucho más elevados de lo necesario para alcanzar los objetivos de descarbonización”.