La quiebra de Thomas Cook es un drama. Así lo catalogan profesionales y expertos del sector turístico español. Una tragedia que deja unas pérdidas superiores a los 200 millones de euros en todo el turismo español -incluyendo turoperadores, hoteles, aerolíneas y restauración-, según cifras de Exceltur, la patronal del turismo española.
Thomas Cook desplaza a cuatro millones de turistas a España cada año y da trabajo a 2.500 personas en todo el país. El destino preferente es Canarias. De hecho, este lunes se quedaron en tierra entre 25.000 y 30.000 clientes de la compañía. Y solo para esta semana, la empresa tenía previsto 159 operaciones, según Aena. Las estimaciones indica además, que España perderá 400.000 asientos de avión por la quiebra.
La actividad de Thomas Cook en España es clave. Además de la aportación que supone para los demás establecimientos y actores que participan en la cadena de valor, tiene 50 hoteles en nuestro país y el año pasado creó la sociedad Thomas Cook Hotel Investments Spain.
A través de esta compañía realizaba inversiones y cerró un préstamo de 51 millones de euros con Caixabank. Aunque la entidad descarta hacer comentarios, fuentes conocedoras del acuerdo explican a EL ESPAÑOL que el impacto para el banco será menor ya que existen garantías hipotecarias sobre el mismo.
¿Cómo sobreponerse a la crisis?
Según ha explicado el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, Jose Luis Zoreda, la capacidad de reaccionar para sobrevivir dependerá “de la calidad del producto que tengan lo hoteles, de la calidad de la oferta, de la gestión comercial y la mayor o menor importancia de la marca". De esta forma, superarán la crisis que deja Thomas Cook en el turismo local aquellos que tienen mayor grado de especialización y de singularidad.
“Aquellos establecimientos que dependan exclusivamente de la touroperación y que dentro de la touroperación dependieran más de Thomas Cook, lo van a pasar mal. Primero, porque les habrá dejado una facturación pendiente notable y, segundo, porque se quedan sin clientes”, añade.
Según explica Zoreda, son centenares las empresas que se verán afectadas, entre las que no solamente se encuentran las hoteleras. Los hoteleros son los más afectados con un 65% del impacto, pero que hay un restante 35% de servicios en tierra que también compraba paquetes turísticos a Thomas Cook como viajes concertados o restaurantes.
Zoreda explica que hay toda una cadena de valor que empieza con que el grupo Thomas Cook tenía compañías aéreas que aterrizaban en los aeropuertos españoles, que consumían servicios en los aeropuertos y que además de la estancia en los hoteles, reservaban excursiones y contrataban autobuses, por lo que hay toda una serie de servicios de tierra cuya actividad también dependía del touroperador británico.
Gran impacto a corto plazo
Sin embargo, otras fuentes del sector turístico son más optimistas explican a EL ESPAÑOL que el impacto será importante a corto plazo, pero estos solo estarán latentes hasta que se reorganice el sector porque el turismo “puede cubrir esa ausencia”. Como expone esta fuente "los aviones están y la gente vuela", por lo que demanda no falta y para algunos los daños no serán excesivamente importantes.
Thomas Cook ha cerrado después de haber fracasado las negociaciones de emergencia entre su principal accionista la china Fosum y los acreedores. Todo empezó cuando la empresa rebajó por segunda vez sus previsiones de crecimiento para 2018 en un 13%, un hecho que tuvo su origen en el prolongado periodo de calor registrado ese verano en buena parte del continente europeo, lo cual provocó que muchos aplazasen la reserva de sus vacaciones en el extranjero, contratándolas a última hora (agosto y septiembre) con descuento.
La situación se fue agravando con el paso de los meses y llegó a su punto más preocupante cuando en el primer semestre de 2018 la empresa anotó unos números rojos de 283 millones de euros, una cifra que un año después (en el primer semestre de 2019) se multiplicó por seis hasta los 1.880 millones de euros.