En un contexto de división en el núcleo del Banco Central Europeo por la conveniencia o no de mantener sus estímulos, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha reclamado este lunes una política económica y fiscal que acometa reformas estructurales en la Eurozona para que pueda competir con otras economías, como la de EEUU, en el actual escenario de desaceleración económica.
Solo así la munición del banco central del euro recuperará el poder necesario para combatir una futura crisis económica. Pese a que en opinión del exministro de Economía español, el riesgo de recesión no es inminente, la Eurozona sí afronta un duro escenario de estancamiento y pérdida de productividad que puede pasar factura al Viejo Continente si la política no pasa a la acción y trabaja por revitalizar el PIB.
”La política fiscal es cada vez más poderosa. En Europa tenemos un problema porque el marco no es adecuado para una política fiscal agregada”, ha afirmado el vicepresidente del BCE en el X Encuentro del Sector Financiero organizado por KPMG y Expansión, tras recordar que tan solo el 5% de las recomendaciones en materia de política económica que hace la Comisión Europea son implantadas por los países de la Unión.
“Nuestro marco es el de la política nacional y luego el pacto de estabilidad y crecimiento. Así, es complicado que tengamos una política fiscal agregada y que además, pueda permitir que la política monetaria tenga una mezcla de políticas agregadas adecuada”, ha concluido.
Junto a la bazuca de la política fiscal, Europa debe acometer reformas estructurales y avanzar en asignaturas incompletas, como la política macroprudencial o la Unión Bancaria.
Solo así, “el crecimiento potencial de la UE se elevará y la política monetaria volverá a tener un margen de actuación importante”, puesto que salvará la situación actual en la que el tipo de interés natural es muy reducido y choca con el tipo de interés de la política monetaria.
Trasladado a España, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha recordado que la institución que preside rebajó las previsiones de crecimiento de España recientemente y ha pedido también política económica para ayudar a que los estímulos del BCE tengan su efecto.
“En España, persiste la incertidumbre sobre las políticas económicas que debería despejarse tras el 10-N”, ha afirmado Hernández de Cos
Problema de productividad
De Guindos ha reconocido que en la última reunión de tipos del BCE estuvo muy presente el hecho de que los salarios en Europa estén creciendo a un ritmo del 2%, frente al 1% que avanza la inflación en un contexto en el que la economía europea crecerá tan solo en el entorno del 1% en los próximos años.
En ese sentido, el economista español ha insistido en la necesidad de acometer reformas estructurales en Europa para poder afrontar un futuro en igualdad de condiciones que Estados Unidos, donde la productividad crece el doble que en el euro.
”No creo que la zona euro esté abocada a una recesión, pero el principal riesgo a medio plazo es que nos encontremos con un crecimiento muy reducido. Esto exige una coordinación de políticas económicas en la que la política monetaria no sea la única que contribuye. Aquí juegan las reformas estructurales”, ha zanjado el exministro.