El consejero delegado y director general de Calidad Pascual, José Luis Saiz, deja la firma española para emprender un nuevo camino profesional.
En concreto, Saiz abandona la compañía después de más de tres años, en los que ha logrado el crecimiento de los negocios y sentar unas "sólidas bases" para la consecución de nuevos retos, según ha informado la empresa en un comunicado.
Saiz se incorporó a Calidad Pascual en 2016 después de cuatro años como director general de Mondelez Iberia, con responsabilidad sobre la unidad de negocio para España y Portugal y llegó para encargarse de materializar su nuevo Plan Estratégico 2020.
Por otro lado, Calidad Pascual ha nombrado a Víctor Córdoba, que llega procedente de SIG Combibloc, proveedor líder de soluciones para envases asépticos, director general de la Unidad de Lácteos para reforzar su estructura y liderar el negocio lácteo en los próximos años.
Córdoba ha reconocido que tiene por delante importantes retos "para fortalecer el liderazgo de una gran marca como Pascual, en un mercado complejo y altamente competitivo". "Queremos seguir marcando la senda del mercado lácteo español a través de la salud, la sostenibilidad y la innovación", ha indicado.
Esta incorporación supone la evolución de la compañía, que pasa a tener dos grandes Unidades de Negocio diferenciadas, la de lácteos, que incluye las marcas Pascual, Vivesoy y la división de batidos; y la de bebidas, con Bezoya, Bifrutas y Mocay.
Al frente de la unidad de negocio de bebidas se situará como director general Javier Ribera, que hasta la fecha ocupaba el cargo de director de Hostelería y Distribución Capilar de Calidad Pascual.
Retos del nuevo CEO
Ribera afronta el reto en su nuevo cargo de situar a cada una de las marcas de la compañía como referentes en sus respectivos mercados.
Esta nueva estructura de Calidad Pascual llega para dar respuesta a la estrategia 20-23 de la empresa, cuyo objetivo es dar continuidad a los buenos resultados del último ejercicio y seguir avanzando en una gestión sostenible y rentable.
Calidad Pascual, que celebra este año su 50 aniversario, facturó en 2018 un 3% más que en el periodo anterior, alcanzando unas ventas de 695 millones de euros, mientras que registró un beneficio antes de impuestos de 26,9 millones de euros.
De esta forma, el impacto económico total de Calidad Pascual para el PIB español es de 1.344,61 millones de euros, y su actividad llega a más de 30 millones de consumidores y 120.850 puntos de venta.