Fue en 2015 cuando Gemma Sorigué y el resto del equipo fundador de Deliberry vio un hueco en el mercado de la alimentación. Y es que según explica la fundadora de este marketplace, si bien "ya había penetración online en otros sectores como la moda, en alimentación no existía".
Sorigué reconoce, durante la Global Alumni Reunion 2019 de IESE, que una de las barreras es que vender a través de internet alimentos es algo "caro" que obliga a los supermercados a adaptar sus modelos. Sin embargo, Deliberry se animó a intentarlo. Para hacerlo se inspiraron en Instacart, una compañía estadounidense que "hace la compra en el supermercado y la reparte en una hora".
Y en eso consiste Deliberry. A través de su plataforma los clientes pueden hacer la compra en Mercadona, Caprabo, Dia u otras tiendas más especializadas del segmento gourmet. Después una mamashopper se encarga de recorrer los pasillos de los establecimientos y un conductor hace llegar la compra "en una hora o en franjas de una hora", apunta Sorigué.
¿Por qué mamashoppers? Sorigué cuenta que cuando pensó quién iba a hacer la compra descartó "a los chavales de veinte años que no saben muy bien qué comprar". "Entonces pensé en que yo llamaría a mi madre antes de hacer la compra y decidimos replicar el modelo de madre", describe. En ese momento, Deliberry vio un programa que fomentaba "la contratación de mujeres mayores de 45 años". "La gente puede pensar que es marketing, pero forma parte del negocio", apunta la fundadora.
Expansión europea
Deliberry opera en Madrid y Barcelona pero no descarta hacerlo en Europa, "pero para eso hace falta dinero", subraya Sorigué. En este sentido, pese a ser pioneros, cabe destacar que el principal competidor de esta compañía está teniendo una expansión mucho más acelerada. Es el caso de Lola Market.
Ambas plataformas permiten a sus clientes elegir sus productos en diferentes tiendas en una sola compra. La fundadora de Deliberry señala que "la compra en multitienda nos permite ser rentables y diferenciarnos del supermercado". Además, explica que "a los supermercados no les importa que el cliente pueda elegir entre varias tiendas, al final es la competencia que tienen en las tiendas físicas".