No se entiende Inditex sin Stradivarius, pero hubo un tiempo en que la marca anduvo sola, sin estar protegida por el paraguas del gran grupo textil. Fundada en 1994 en Barcelona, la familia Triquell la puso en marcha como una empresa familiar.
Mientras Stradivarius daba sus primeros pasos, especializándose en moda para mujer, la empresa fundada por Amancio Ortega se encontraba, a la vez, en un proceso de expansión. A solas, la marca catalana llegó a contar con 75 tiendas en España, haciendo, a su vez, competencia a marcas que ahora son hermanas como Pull and Bear, primero, o Bershka, después.
No obstante, Ortega no echó muy tarde el ojo a la compañía de la clave de sol. Le convencía su posicionamiento, la apuesta por su público, moda joven de mujer a la que le gustan las tendencias. Un estilo urbano, con un punto chic. Así las cosas, se acaban de cumplir 20 años desde que en 1999 Inditex se hiciera con el 90% de Stradivarius. No era la primera vez que se quedaba con un competidor: entre 1991 y 1995 se hizo con la también catalana Massimo Dutti.
En plena ofensiva para hacerse grande, Inditex pagó por Stradivarius 18.000 millones de pesetas; en 2005, se hizo con el 10% restante de la compañía por 15 millones de euros. Jordi Triquell, hijo del fundador de la cadena, está desde el principio al frente de la misma.
... y se hizo el imperio
Los efectos del torbellino Inditex empezaron a notarse pronto en la gestión y el crecimiento de la marca catalana. Al año siguiente de su compra, Stradivarius empezó a operar en tres nuevos mercados internacionales. Una década después, apuntan desde el grupo de Zara, contaba ya con 500 tiendas en el mundo.
Visto con perspectiva, la marca ha seguido evolucionando con las tendencias, actualizándose y dando la mano a modos de promoción que podían potenciarla. Sin ir más lejos, resulta paradigmático el caso del patrocinio de la cantante Aitana; como recoge Launchmetrics y contó este periódico, las publicaciones de la cantante tienen un impacto de dos millones de euros para la marca.
Cambios que, sobre el papel, surten efecto. En los últimos resultados presentados por la compañía, se observa cómo la marca es una de sus grandes apuestas. Así, ha visto aumentar sus ventas más de un 12% hasta junio de este año en comparación con sus cifras del ejercicio anterior. Hasta junio, la marca alcanzó una facturación de 776 millones euros, pese a tener ocho tiendas menos que en el mismo periodo de 2018.
Con más de mil tiendas, presencia en 60 países y tienda online, la marca catalana está lejos, muy lejos, de sus orígenes. Hoy, es la marca número cinco del grupo y, aunque cuenta con algún fracaso como el proyecto Stradivarius Man, que acabó cerrando, su objetivo es seguir sumando clientes.