Quizá sea la pregunta más repetida desde que se conociera que la bolsa suiza quiere comprar la española. ¿Las bolsas tienen dueño? La respuesta es clara: sí. Algo que no sorprende a quienes conocen cómo funcionan los mercados, pero que puede resultar sorprendente para aquellos que no están tan familiarizados.
Así que en eso estamos estos días, en ver si el operador suizo, Six Group, se hace con Bolsas y Mercados Españoles, la empresa que gestiona las bolsas españolas. Una empresa con una facturación de 300 millones de euros y que se ocupa de la gestión -entre otros- del Ibex 35, el mercado continuo o el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
Se trata de una compañía que nació en el año 2001 tras el llamado Protocolo de los Mercados Españoles. A través de él (y con Rodrigo Rato como ministro de Economía) las cuatro bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) junto a los mercados de renta fija, los de futuros, opciones y los liquidadores decidieron unirse en un holding que les permitiera competir en igualdad con el resto de mercados europeos: Bolsas y Mercados Españoles (BME).
En 2006 daba el salto al parqué madrileño. Los bancos, Santander BBVA y Banco de España, aportaron el 44% de los títulos que empezaron a cotizar. A partir de ahí se conformó una estructura que para el economista Javier Santacruz no es muy habitual para una compañía de este tipo, en la que no existe una mayoría de control.
Tanto es así que en este momento tan sólo Corporación Financiera Alba, la familia March, tiene una posición predominante con el 12% del capital. El resto es flotante y está repartido entre pequeños inversores o en autocartera. Precisamente esa es una de las claves del éxito de BME, según Santacruz, pues permite que la sociedad quede libre de ataduras de cualquier control y se ciña estrictamente a garantizar el mejor mercado.
Ahora BME podría pasar a formar parte del grupo que controla la bolsa suiza, aunque para evitar las quejas de los reguladores se ha comprometido a mantener las sedes en España durante cuatro años, y a no cambiar su domicilio social en este tiempo. Ahora tendrá que hablar el Gobierno, pero todo apunta a que la bolsa española podría cambiar de manos.
Y ojo, que una opa ‘sobre la bolsa’ no significa opar a las empresas que participan en sus selectivos. Tan sólo hacerse con la sociedad rectora de esos mercados.