Diez años después de que el Estado empezara a inyectar ayudas al sector financiero, la factura de la reestructuración bancaria sigue sin estar cerrada. Los últimos datos del Banco de España han elevado ese coste hasta 65.725 millones de euros (1.376 millones de euros más de lo que estimaba hace un año).
No obstante, no todo es dinero público, puesto que esa cifra incluye las cuantías que fueron aportadas a las antiguas cajas de ahorros por el FROB -vehículo del Estado- y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) -que está constituido con las aportaciones del propio sector financiero-.
Para el contribuyente, el coste del rescate bancario alcanza los 42.561 millones de euros. Se trata de 544 millones más que hace un año. Un ajuste que se debe a Bankia y a las ayudas del ‘banco malo’ Sareb. Los otros 23.164 millones han sido aportados por los bancos no rescatados.
En el caso de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, el pesimismo del FROB lleva a estimar que el Estado podría recuperar 9.560 millones de euros de su rescate, esto es 297 millones de euros menos de lo que se esperaba hace un año. El coste del rescate a Bankia incluye ahora las ayudas entregadas a BMN (integrada en la entidad) yse eleva a 24.069 millones.
Si se tiene en cuenta que Bankia ha devuelto ya 5.225 millones de euros (4.477 millones han sido recuperados por el FROB y 748 millones por el Fondo de Garantía de Depósitos), en total sería factible recuperar 14.785 millones de euros de la intervención de 2012.
No solo Bankia sigue engordando la factura del rescate. El FROB ha inyectado 21 millones más que hace un año en la antigua Catalunya Banc (ahora en manos de BBVA) y el FGD otros cinco millones. También en manos de BBVA está Unnim, que ha recibido de las cuantías que salen del FGD 207 millones de euros más que hace un año por el dinero nuevo recibido a través de los Esquemas de Protección de Activos (EPA) que se incluyeron en los contratos de venta de esas entidades para blindar a los compradores de deterioros inesperados en el futuro.
También destaca el aumento de las ayudas de Banco de Valencia (ahora de CaixaBank) con 61 millones de euros más aportados por el FROB. Por su parte, NovaCaixaGalicia -ahora Abanca- por parte del FROB (31 millones más que en 2017).
Mientras, la antigua CAM (ahora del Sabadell) sigue pasando una alta factura al FGD que aportan los bancos con un saldo de nuevas ayudas en 2018 de 729 millones de euros también por los mencionados EPA.
En el caso de Sareb, también aumentan las pérdidas estimadas, hasta 2.024 millones de euros, unos 422 millones de euros más que hace un año por los ajustes realizados por el FROB para su participación en el ‘banco malo’, en el que también está presente la banca.
Los datos publicados este miércoles por el Banco de España llegan en un momento delicado para el sector financiero, que está en el punto de mira de una posible coalición de Gobierno de izquierdas que ya ha esbozado su intención de subir los impuestos a la banca española.
Precisamente las ayudas a ese rescate que marcó el fin de las cajas de ahorro en España es el argumento de Unidas Podemos para instar a la banca a aportar más vía impuestos. Olvida, no obstante, que los bancos también aportaron a ese rescate y lo siguen haciendo, como muestran los datos del FGD actualizados por el Banco de España, si bien es cierto que las entidades compradoras de las antiguas cajas beneficiarias de esas ayudas reciben dinero por la vía de los EPA.