Antonio del Valle, el inversor mexicano que llegó a ser el máximo accionista del Popular, acudió a declarar a la Audiencia Nacional este martes condicionado por su doble rol en el banco, un caso en el que está siendo investigado dentro de una causa penal y al mismo tiempo, lidera varios procesos en la vía administrativa para reclamar daños por esos mismos hechos.
El magnate trató de responder a las preguntas del juez, José Luis Calama, el fiscal, Antonio Romeral, y su abogado, Bernardo Gutiérrez de la Roza (del despacho Ontier), sin caer en grandes contradicciones en su estrategia de defensa en la Audiencia Nacional frente a lo que alega en sus recursos ante el Tribunal de Justicia de la UE contra la JUR y en su arbitraje contra España por la desaparición del banco.
Ante el magistrado instructor, Del Valle mostró su desconfianza inicial a la ampliación de capital liderada por Ángel Ron, en 2016. Una operación a la que, según explicó, en un primer momento no quiso acudir y después, cambió de opinión tras ser asesorado.
Sin embargo, en su arbitraje contra España para tratar de recuperar 470 millones de euros por su inversión perdida con la resolución del banco, del Valle reconoce que en junio de 2017 -días antes de que el banco fuera resuelto y comprado por el Santander por un euro- estaba dispuesto a acudir a otra ampliación de capital y aportar junto a un grupo de inversores 1.500 millones a esa operación que finalmente no se puso en marcha por la intervención de la Junta Única de Resolución (JUR), según consta en su arbitraje.
Si así lo había decidido era porque el inversor mexicano reconoce que el Banco Popular tenía valor hasta el día de su resolución, lo que es interpretado por algunas fuentes conocedoras de la causa como prueba de que la entidad tenía una situación de capital y solvencia mucho mejor a la que se trasladó a los mercados provocando una espiral maliciosa que acabó con la resolución de la entidad.
En esa cadena, habría tenido un papel destacado la presidenta de la JUR, Elke König a la que el magnate latinoamericano señaló como protagonista del dramático fin del banco en su declaración en la Audiencia Nacional.
Capacidad de generar capital
Según reconoció Del Valle en su arbitraje contra España, en junio de 2017, Popular contaba con un plan para generar capital por valor próximo a 3.400 millones de euros sin tener que recurrir a la ampliación de capital que estaba en marcha días antes de la resolución del banco.
En el punto 65 de dicho arbitraje contra el Reino de España, que fue presentado en agosto de 2018, del Valle detalla las valoraciones de activos que el Banco Popular podía vender para generar liquidez.
En concreto, se refiere a 10 operaciones, entre las que figuran ventas de carteras de créditos fallidos NPL por valor de unos 50 millones de euros,un porfolio de crédito por otros cerca de 1.000 millones, la venta de su participación en Totalbank (valorada en aquellas fechas en 545 millones de euros) o la venta de su participación en WiZink, entre otros.
Algunas de estas operaciones fueron materializadas por el Banco Santander, con el banco ya comprado por un euro. Fuentes financieras señalan que en aquel momento, solo con la venta de Totalbank y WiZink se habrían podido generar 260 puntos básicos de CET fully loaded.
Llama la atención que de haberse materializado ese plan, el Popular hubiera llevado a cabo una ampliación de capital con el respaldo de los inversores liderados por Del Valle, Deutsche Bank y Barclays en un momento (junio de 2017) en el que los inversores minoritarios difícilmente habrían acudido a una operación de esas características ante la delicada situación de la entidad en Bolsa y en depósitos, según se explica en los puntos 63 y 64 del documento del arbitraje.
Después, se habría podido poner en marcha el plan para generar ese capital con operaciones que habrían reforzado la inversión de los accionistas, como Del Valle, que hubieran elevado su peso en el banco con esa ampliación de capital. Nada de esto fue posible porque el banco acabó resuelto en la noche del 6 al 7 de junio.
En su declaración de este martes, el empresario que es una de las mayores fortunas de México rechazó la acusación apuntada por Ron de que urdió un plan junto con Reyes Calderón para sustituir a Ron por Emilio Saracho. No obstante, sí reconoció, según informó Efe, que la consejera le visitó en México.
También afirmó que el perfil de Emilio Saracho para tomar las riendas del banco y sustituir a Ron le pareció adecuado, puesto que desde 2014 albergaba dudas sobre el equipo directivo anterior por un informe del Banco Central Europeo (BCE) sobre Gobierno Corporativo.