Decía José María Marín Quemada hace poco más de dos meses que la CNMC estaba teniendo en cuenta las alegaciones a las circulares para "perfeccionarlas". Ahora, cuando solo queda un mes para que, en teoría, se agote el tiempo para aprobarlas, el regulador ha decidido empezar de cero con el texto más polémico: el que compete a las redes de distribución de gas natural.
Una marcha atrás que ha cogido desprevenido al sector, que no contaba con enfrentarse otra vez a una consulta pública sobre una nueva propuesta de circular, y que refleja dos aspectos. El primero, que la metodología propuesta para la primera circular no era la adecuada, algo que defendieron a capa y espada las compañías afectadas; el segundo, que en el seno del Consejo de la CNMC había diferencias pronunciadas entre quienes tenían que dar el 'sí' definitivo a la circular. El resultado, el ya conocido: el regulador ha replanteado la circular al completo.
"Se recibieron alegaciones de empresas distribuidoras de gas, comercializadoras, comunidades autónomas, sindicatos, consumidores, así como de diferentes tipos de asociaciones e inversores", explicaba este viernes la CNMC, recalcando que, examinadas las propuestas recibidas y los objetivos perseguidos, "y en aras a una mayor gradualidad y proporcionalidad de la retribución", se realiza una modificación de la metodología que salió a consulta pública.
En estos meses, desde que se diera a conocer el texto en julio, la CNMC ha recibido en sus despachos a la mayoría de quienes han presentado alegaciones. Desde que las caídas en Bolsa de las compañías afectadas alertaran al sector, por el regulador han desfilado desde las propias empresas hasta representantes de los trabajadores. Estos últimos arremetieron desde el principio contra los recortes en la retribución, insistiendo en que "podrían poner en riesgo gran cantidad de puestos de trabajo y un trabajo estable, de calidad y con alto nivel de formación".
Una vuelta a la casilla de salida en la que compañías como Naturgy han jugado un papel decisivo. En este sentido, y aunque los recortes propuestos por la circular afectan a otras empresas como Madrileña Red de Gas, Redexis y Nortegás, la gasista que preside Francisco Reynés ha abanderado la defensa al sector y ha mantenido en este tiempo una postura inamovible: la retribución debe ser "razonable" para asegurar las inversiones.
A contrarreloj
Así, en varias ocasiones Reynés ha pedido un marco estable que pueda ofrecer una visión a largo plazo a los inversores. Una reclamación que comparten el resto de las gasistas y que llega en un momento en el que España se ha marcado unos ambiciosos objetivos en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC). A su juicio, los mencionados recortes 'espantarían' a los inversores y harían imposible acometer las inversiones necesarias para alcanzarlos.
No obstante, Naturgy tomó además decisiones inmediatas en sus negocios. Si a los pocos días de conocer el texto de la circular ordenaba paralizar las inversiones de su filial de gas, Nedgia, en septiembre anunció que mandaba a casa a 300 de los casi 1.000 empleados de la filial en lo que se interpretó como un claro órdago a la CNMC en busca de suavizar el "hachazo". No en vano, tan solo un día después de tomar la decisión, la gasista se sentó con el regulador para volver a explicar en detalle sus alegaciones.
La próxima semana, el regulador someterá a trámite de audiencia su nueva propuesta por un plazo de 15 días. Tiempo ajustado para lograr aprobar el texto antes del 31 de diciembre, el plazo que marca el Real Decreto, pero que el organismo que dirige Marín Quemada ve factible. Incluso, no descartan que se tramite por vía de urgencia. Ya nada sorprendería.