Repsol no quiere perder hueco en el desarrollo del coche eléctrico. La energética que dirige Josu Jon Imaz ha dado un paso más en lo que a red de recarga de vehículos de este tipo se refiere y ha adquirido a Ibil la red y los servicios de comercialización de energía, junto con los activos y contratos asociados a estas actividades.
Tras esta operación, según ha informado la compañía, Ibil (participada al 50% por Repsol y el Ente Vasco de la Energía) transformará su modelo de negocio para centrarse en el desarrollo tecnológico para la movilidad, sostenibilidad y transición energética, y dar así respuesta al fuerte desarrollo que se prevé en estos campos para los próximos años.
Con este acuerdo, la red pública de recarga de Repsol estará formada por más de 230 puntos, que constituyen una de las infraestructuras de este tipo más relevantes de España. De ellos, 35 son de carga rápida situados en estaciones de servicio de la compañía.
Asimismo, la compañía operará también 1.000 terminales que Ibil ha instalado a empresas y particulares. A esto se añaden los dos primeros puntos de recarga ultra-rápida de la Península Ibérica, instalados este año en estaciones de servicio de Repsol, que permiten recargar la batería de vehículos que soporten esta tecnología en un tiempo de entre cinco y diez minutos, similar al que se emplea en un repostaje convencional.
Una de ellas, la situada en Ugaldebieta (Vizcaya), tiene cuatro terminales capaces de entregar individualmente hasta 400 kW, lo que los convierte en los puntos de recarga de mayor potencia de Europa.
'Rey' del autogás
No obstante, y en plena transición energética, Repsol está diversificando su negocio con tecnologías distintas a la del coche eléctrico. Es el caso de los vehículos propulsados con autogás (GLP), en los que la compañía ha visto negocio y ya es la empresa con más puntos de suministro de este combustible en España.
En concreto, la energética tiene 400 de los 600 puntos de suministro del país, y ha firmado alianzas con talleres especializados para promover la adaptación de vehículos a este combustible, que otorga la etiqueta ECO.