ADL Bionatur acaba de firmar un contrato de 20 millones de euros de cara a los próximos siete años. Un programa de trabajo con un cliente suizo dedicado a la biotecnología en nutrición y cosmética, que contempla la transferencia de tecnología, el posterior escalado y suministro industrial y que comenzará a finales del año que viene.
Un proyecto que viene a confirmar el buen momento en el que se encuentra esta compañía que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), y cuya CEO, Pilar de la Huerta, habla con EL ESPAÑOL sobre el futuro de la misma. Se trata de una empresa focalizada en procesos de fermentación que ofrece servicios para terceros, un negocio que supone el 75% de su facturación y en el que se enmarca el acuerdo con la suiza.
Esa compañía es una de las muchas empresas que apuestan por la fermentación para producir sus productos, pero que por tamaño no tienen capacidad para tener su propia planta. "Es un proceso muy costoso, por lo que muchas optan por nuestra propuesta de negocio", relata De la Huerta. Todo un éxito para una empresa que hace dos años estaba en números rojos y que hoy se encamina hacia los beneficios.
Sin embargo, el futuro es delicado. La dependencia de terceros es muy elevada, lo que ha llevado a ADL Bionatur a buscar su camino en solitario. “Creemos que es sano que parte de nuestra capacidad productiva la dirijamos a nuestros productos y con nuestras patentes”, sostiene, para explicar después que ya han hecho avances en dos grandes líneas de trabajo.
De la Huerta relata que están “muy centrados en el healthcare, aunque hay algo de farma. En concreto, estamos desarrollando una plataforma tecnológica que nos permita producir lo que nosotros queramos. Para ello estamos realizando una modificación genética a una bacteria que nos permita lograr nuestro objetivo. Una vez que esté terminada, haremos la patente”. Eso sí, no da muchos más detalles para evitar que la patente (que llegará en los próximos meses) pueda irse al traste.
Al mismo tiempo, se trabaja en “una plataforma para cannabinoides con aplicaciones terapéuticas, que podría estar lista en un par de años”, sentencia la CEO. Pero, ¿por qué lanzar sus propias líneas? En primer lugar para reducir esa dependencia de la que hablábamos, pero también porque permite incrementar los márgenes del negocio.
De la Huerta relata en la conversación con este periódico que en estos momentos están centrados en estabilizar las cuentas, pero también en la inversión en la compañía. El pasado mes de agosto recibían del fondo Kartesia una financiación de 25 millones de euros. ¿A qué se van a destinar? Por un lado, al mantenimiento de infraestructuras necesarias para el funcionamiento de la empresa, pero también a la modernización de maquinaria que estaba ya algo obsoleta. “Queremos ser una empresa eficiente” en todos los sentidos.
Participada por Black Toro, la biotecnológica confía en cerrar este año con Ebitda positivo y lograr beneficio neto el año que viene. Una trayectoria positiva, si se tiene en cuenta que el fondo de inversión compraba la unidad productiva (la planta de fermentación) a finales de 2014 en el concurso de acreedores de la antigua Antibióticos, S.A. A partir de ahí hubo un tiempo de indefinición, y en este momento está ya en su quinto año de inversión en el grupo.
Al tratarse de un fondo ‘distressed’, De la Huerta imagina que su salida se producirá más pronto que tarde, pero sí está convencida de que el grupo está “preparado” para dar el salto al Mercado Continuo desde el Mercado Alternativo Bursátil. Ahora bien, todo dependerá de lo que diga su accionista mayoritario y, sobre todo, las condiciones que puedan darse en los mercados en los próximos meses.
Ahora bien, ADL Bionatur todavía tiene algunas reminiscencias de la antigua Antibióticos, S.A. Una histórica farmacéutica española, que muchos recordarán por la entrada en su capital de Mario Conde en los años 80, y que le permitió dar uno de los muchos pelotazos de su vida. Sin embargo, y pese a los problemas por los que pasó por los 90, todavía sigue siendo fuerte en algunos campos de la producción de productos farmacéuticos derivados de la penicilina.
De la Huerta relata que la mayor parte de las líneas de ese negocio se han dejado por la falta de rentabilidad ante la gran competencia china. Sin embargo, sí reconoce que en la rama de inyectables la compañía tiene todavía tiene “un pequeño nicho de negocio”.