Cuando se analiza la manera en la que las grandes empresas remuneran a sus accionistas, hay que distinguir entre las empresas americanas y las europeas. Si se miran los datos desde el año 2006, se puede comprobar cómo el 98% de la retribución del Eurostoxx 50 se ha hecho a través de dividendos. Si se analiza lo ocurrido al otro lado del Atlántico la cosa cambia: el 60% viene de la apreciación del capital, mientras que el 40% proviene del dividendo.
Unos datos que expuso Álvaro Revuelta, Managing Director de Banca de Inversión de Citi para España y Portugal, durante el Foro de debate de EL ESPAÑOL sobre las Políticas de retribución al accionista en los planes estratégicos empresariales. ¿Por qué esa diferencia? Es difícil saberlo, aunque Abel Arbat, del departamento de relación con inversores de Naturgy, reconocía que "por ejemplo, en Estados Unidos existe esa mayor cultura en la recompra de acciones, algo relativamente nuevo en Europa y que se da en menor medida que al otro lado del océano".
Durante el debate, que contó con el patrocinio de Naturgy, hubo coincidencia a la hora de señalar qué mueve a los distintos inversores a apostar por una u otra empresa. En el caso de los grandes inversores, la decisión de inversión responde a un análisis de la empresa “del cash flow, del crecimiento o de la inversión”, destacó Arbat.
El particular o retail, en cambio, tiende a fijarse en la rentabilidad que le ofrece el dividendo. Algo que se da de forma notable en períodos en los que los tipos son bajos y apenas dejan rentabilidad en otros productos. Así, el gestor de fondos de Renta 4, Alejandro Varela, destaca que esta apuesta de los pequeños inversores responde a que “la política de represión financiera del Banco Central Europeo ha dejado huérfano al inversor más conservador, y eso hace que haya más interés por el dividendo”.
A su juicio, en muchas ocasiones estas personas “se dejan llevar por la rentabilidad del dividendo y a veces es una trampa porque el principal está mucho más bajo”. Algo en lo que coincide el representante de Citi, para quien “el dividendo actúa como un edulcorante ya que considera que lo más seguro que tiene es” la remuneración de las empresas.
En el diagnóstico también está de acuerdo el profesor de Finanzas del IESE, Pablo Fernández, para quien “los mercados de capitales están algo sometidos por el Banco Central Europeo”.
En el encuentro también salió a relucir la transformación que muchas empresas reclaman del capitalismo. Esa nueva apuesta por empresas preocupadas por el entorno que las rodea. Así, Fernández señalaba que “el orden en el que un consejo de administración y un equipo directivo mira a sus stakeholders es lo que distingue si es bueno o no”.
Añadía también que “la retribución al accionista debe ir después del empleado, el cliente y los proveedores”. Sin embargo, Arbat recordaba que “la evolución de los dividendos dependerá de la casuística económica y de la empresa”.
A su juicio, “la política de remuneración al accionista no se estudia en sí misma; se analiza en un contexto más amplio de la compañía contando con el endeudamiento, la inversión prevista, la generación de caja, etc.” Es decir, “debe ajustarse a lo que hace la empresa”.