A sus 51 años Luis Gallego va a tener que cambiar Madrid y su Getafe natal por la City londinense, donde ya pasa la mitad de sus días. El presidente de Iberia ha sido elegido nuevo CEO de IAG, la matriz de la aerolínea tras su fusión con British Airways. La culminación de toda una carrera vinculada a la aviación, que ahora le llevará a liderar uno de los mayores conglomerados aéreos del mundo.
Ferviente seguidor del Real Madrid, es consciente de que los equipos son los que hacen las compañías. Quizá por eso no le gusta ‘fardar’ de que bajo su mandato Iberia ha dejado de ser odiada cada verano por dejar en tierra a miles de pasajeros, y se ha convertido en una de las aerolíneas más puntuales del mundo.
Una tarea hercúlea porque allá por 2013 cuando llegó a la dirección de la aerolínea, los conflictos con los trabajadores eran la tónica habitual. Una situación que se veía agravada por los números rojos dado que la empresa encadenó cinco ejercicios consecutivos en negativo. Sólo en 2012 Iberia presentó unas pérdidas de 943 millones de euros.
Diálogo
Consciente de que la situación debía cambiar, Gallego decidió aplicar su propia receta. ¿Cuál? La de aunar al equipo y lograr que todo el barco remara en la misma dirección. Una tarea a la que le ayudó su forma de ser: “accesible y dialogante”, dicen quienes le conocen.
Fue una etapa dura, complicada, en la que las negociaciones se extendieron durante horas. Un año después de aterrizar en su despacho, sellaba un acuerdo con pilotos y el resto de colectivos profesionales de Iberia que permitían abrir una nueva etapa para la aerolínea.
En el sector reconocen que situar a Gallego al frente de Iberia en 2013 fue un acierto. Tras una etapa tensa y de enfrentamiento entre empresa y trabajadores, era necesario parar el balón, resetear todo y comenzar de nuevo a construir. Eso es, precisamente, lo que hizo.
A Gallego el entorno Iberia no le resultaba desconocido. Como él mismo decía en una entrevista en Marca, había pasado por varios equipos de la cantera. Air Nostrum, Click Air, luego con la fusión a Vueling, Iberia Express y por último a Iberia.
De la cantera
Un hombre de la casa que también pasó por la extinta Aviaco. Incluso cuando estuvo alejado del grupo, también estuvo cerca ya que pasó por Indra (que tiene grandes relaciones con el sector aéreo).
Y es que Gallego tiene el sector de la aviación en el ADN. Su padre y parte de su familia trabajaron en Construcciones Aeronáuticas (CASA), por lo que lo de los aviones le ha pillado siempre cerca.
Quienes conocen al nuevo CEO de IAG explican que es una persona sencilla. “Se mueve en su Mini” por Madrid, y no tiene aficiones que puedan resultar extravagantes. Le gusta el fútbol, pero también hacer algo de deporte de vez en cuando. Pádel sobre todo, tal y como desvelaba en Marca.
Vive Iberia. Se puede decir que la siente. Sus planes para la aerolínea pasaban por la integración de Air Europa a partir de la segunda mitad del año, lo que debía servir para situar Barajas como gran hub internacional.
El 'brexit'
Unos planes que ahora tendrá que impulsar desde Londres, aunque aplicando una mirada mucho más global. Bajo su mando estarán ahora todas las aerolíneas de IAG: British Airways, Iberia, Aer Lingus, Level y Vueling.
Gallego se pone al frente de un auténtico transatlántico en un momento crucial para la industria de la aviación, y en el que la concentración parece que va a ser la tónica general de cara a los próximos años.
Tendrá también que lidiar con el brexit y con un período de ralentización económica que amenaza con poner en jaque la economía de los viajeros. Si bien es cierto que las previsiones dicen que no se espera una caída significativa de los turistas.
De momento, su nombramiento ha sido muy bien recibido por los analistas del mercado y en el interior de la compañía. Aunque en Iberia hay quien siente que les quitan un trocito, reconocen que el viaje de Getafe a Londres de este ingeniero aeronáutico es más que merecido y será positivo para él y para la compañía.