No puede ocultar su enfado. Félix Revuelta ha tenido que comunicar esta semana el cierre de Sniace, una de sus últimas inversiones y en la que estaba trabajando junto a su socio, Sabino García Vallina, para relanzarla.
Con más de ochenta años a sus espaldas, el grupo ha bajado la persiana por la caída de los precios de la celulosa y la fibra viscosa, pero también por la subida de los precios de la electricidad.
Todos esos mimbres, unidos a la espantada que ha dado Cogen Energía, filial del grupo noruego Arendals Fossekompani, han dado la puntilla a Sniace. ¿Por qué huye? Básicamente porque era la empresa encargada de la gestión de la planta de cogeneración de Sniace en Torrelavega, y no le salen las cuentas tras el hachazo tarifario del Gobierno a este tipo de plantas.
El tarifazo del Gobierno
Cogen asegura que el no le sale a cuenta, y que perderá más de nueve millones de euros. Así que ha optado por retirarse y no seguir adelante.
En concreto, y según la propuesta del Ministerio de Transición Ecológica para la retribución a las renovables, son las plantas de cogeneración las que asumen casi la mitad del recorte estimado para las instalaciones de energías renovables.
En concreto, el recorte propuesto al sector es de 997 millones de euros, de los que 423 millones recaerán directamente sobre las plantas de cogeneración. Una cifra que ha puesto contra las cuerdas a muchas de las instalaciones que operan en nuestro país.
Precisamente la caída en el dinero con el que se retribuía a este tipo de plantas es lo que ha hecho subir los costes energéticos que han terminado por provocar el cierre de Sniace.
Contra la Industria
Para Revuelta, que entraba en Sniace el pasado verano junto a García Vallina tras poner encima de la mesa 24 millones de euros, todo se debe a la actitud de los políticos. “Parece que estén en contra de la Industria”, dice en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
El empresario cree que el marco regulatorio para las plantas de cogeneración como la de Sniace es perjudicial. Así que no le extraña que su socio noruego haya optado por retirarse ya que se trata de decisiones adoptadas por unos “políticos que hacen las cosas sin plantearse sus consecuencias”.
El cierre de Sniace supone un duro golpe para Torrelavega, en donde 425 familias se quedarán sin trabajo. Un varapalo contra el que también ha cargado el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quien ha destacado que “el Gobierno en parte es causante de esta puntilla”.
No sólo eso, dice Revilla que “no es la única compañía que se está planteando cerrar en la región” cántabra.
El grupo comunicaba el pasado jueves la decisión de cerrar y anunciaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que tiene previsto liquidar la compañía. Los títulos de Sniace están suspendidos de cotización desde el pasado miércoles cuando cotizaban a 0,046 euros.
Los últimos resultados de la compañía reflejaban que vendió 58 millones de euros, un 18% más que el año anterior. Sus pérdidas netas se multiplicaron por cuatro hasta los 11 millones de euros, y los pasivos con acreedores eran superiores a 41 millones.
Unos números rojos que eran considerados como asumibles por parte del grupo, sobre todo después de que se renegociaran las deudas con los acreedores en los últimos meses. Un proceso tras el que se estaban haciendo numerosas inversiones en la planta de Torrelavega.
¿Existe marcha atrás? A Revuelta le encantaría, pero reconoce que es muy complicado “porque nos pilla en muy mal momento”.