La entrada en vigor de la normativa europea que regula las emisiones de CO2 de los vehículos ligeros el pasado 1 de enero ha provocado que los fabricantes controlen al máximo cada coche vendido y busquen las mañas para no pagar las multas fijadas por la Comisión.
Los fabricantes de automóviles ligeros tendrán que abonar 95 euros por cada gramo y vehículo vendido en la Unión Europea durante 2020 que supere los 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.
Para hacerse una idea, el modelo más vendido en España fue el Seat León. Su versión 1.0 EcoTSI S&S Reference 115 caballos emite 107 gr CO2/km. Supera el límite en 12 gramos y la firma de Martorell tendría que pagar 1.140 euros por cada unidad vendida. Multipliquen por todos las versiones, modelos y marcas y verán las dimensiones y consecuencias económicas que pueden alcanzar las infracciones.
Las medidas de los fabricantes para evitar las multas no han tardado en llegar. Enero cerró en España con un aumento del 534% en las matriculaciones ‘tácticas’ de coches eléctricos para, en gran medida, eludir las sanciones. En concreto, 640 unidades según los datos de la consultora MSI.
Estas contemplan operaciones de 'kilómetro cero', así como de modelos destinados a la exportación, automatriculaciones y también flotas de marca para su utilización en régimen interno.
Más coches que demanda
El director de Comunicación de Faconauto, Raúl Morales, ha explicado a EL ESPAÑOL que este elevado crecimiento de las automatriculaciones tiene relación directa con el objetivo de cumplir la normativa de emisiones de la UE. “Como la demanda no es suficientemente alta y tienen que vender coches eléctricos sí o sí, se lo pasan a los concesionarios”, ha señalado.
Javier Julve, Business Development de Electromaps, ha señalado por su parte que "la gran mayoría de fabricantes va a empezar a vender este año sus primeros modelos de vehículos eléctricos". "En algunos casos, como KIA, porque les prohibieron entregar a los clientes estas versiones desde finales de 2019", ha apuntillado.
“En ningún caso las marcas se plantean pagar la multa, con lo cual van a hacer todo lo posible y en este concepto entra que los concesionarios automatriculen”, ha indicado Morales. De ahí que los fabricantes hayan optado por sacar a la calle (o mejor dicho al concesionario) muchos coches eléctricos que bajen las emisiones globales de la compañía.
“Las automatriculaciones cuando están consensuadas con las redes y hay detrás un plan comercial son buenas, pero si son impuestas sin haber negociado unas condiciones son malas porque va en contra del negocio del concesionario que tiene que comprar esas unidades y ver cómo se las saca”, ha dicho.
Esta medida tiene su lado positivo para los consumidores finales. “Una vez matriculados, los concesionarios se tienen que buscar la vida para venderlos, por lo que va a ser una buena oportunidad para comprar un coche eléctrico”, ha destacado el dircom de Faconauto.
Este año se presentan más de 20 modelos de nuevos vehículos eléctricos. "Por fin van a existir más de dos modelos en algunas de las clases de vehículos y va a provocar que haya competencia", ha afirmado Javier Julve. "Mayor competencia, menores precios", ha insistido.
En el lado negativo, dado que la demanda de estos modelos aún es limitada (aunque crece cada año) por el precio, la oferta, la autonomía y la falta de puntos de recarga, existe el riesgo de que las campas de los concesionarios se llenen de coches eléctricos. Es más, Raúl Morales ha insistido en que “eso también va a ocurrir con el diésel, quizá no en el primer semestre, pero sí en el segundo porque los nuevos emiten menos CO2 que los gasolina”.