Repsol prevé invertir unos 3.800 millones de euros en 2020, cifra similar a la de 2019, de los que 1.800 millones, el 26% menos, corresponden al negocio de "upstream" (exploración y producción) y 1.900 millones al de "donwstream" (refino y comercialización), cuyo presupuesto sube el 38%.
Según datos de la compañía, se trata del segundo año en la historia de Repsol en el que la inversión en "donwstream" superará a la de "upstream", después de 2010, cuando se vio impulsada por la ampliación de la refinería de Cartagena.
Este cambio en el peso de la inversión de sus dos principales negocios refleja la apuesta por la compañía por la descarbonización y la sostenibilidad, cuestiones que ya forman parte del ADN y de la estrategia de Repsol, según su presidente, Josu Jon Imaz.
En la presentación de las cuentas de 2019 ante analistas, el directivo ha explicado que aunque el petróleo y el gas seguirán siendo importantes dentro del mix energético, Repsol progresa con determinación hacia su descarbonización y hacia un acercamiento al cliente "multienergía", tras crecer el 33% en clientes de electricidad y superar el millón.
Esta estrategia se acompañará de disciplina financiera, eficiencia, digitalización y operaciones seguras, según Imaz, quien ha señalado que la compañía mantiene su compromiso de una remuneración estable al accionista, para lo que no descartan nuevas amortizaciones de capital.
Pérdidas
Repsol perdió 3.816 millones de euros en 2019, frente a los 2.341 millones que ganó el año, tras dotar provisiones por 5.823 millones, de los que 4.849 corresponden a la revisión a la baja del valor contable de activos para adaptarlos a su objetivos en emisiones y 837 millones al arbitraje iniciado por la petrolera china Sinopec en relación a activos en Reino Unido de Talisman.
Pese a estos resultados, la petrolera mantiene su compromiso de pagar un dividendo de 1 euro en 2020 y de amortizar capital un 5 % para elevar el valor de las participaciones de sus accionistas, ha subrayado Imaz.
Repsol se ha marcado como objetivo ser una compañía de cero emisiones netas en carbono en 2050. Antes de alcanzar ese hito y basándose en datos de 2016, reducirá sus emisiones el 10 % en 2025, el 20 % en 2030 y el 40 % en 2040, según la presentación a analistas.
En cuanto a las previsiones que manejan para 2020, basadas en un precio de 65 dólares por barril de Brent, el resultado bruto de explotación (ebitda) CCS (descontada la variación en el valor de las existencias y resultados extraordinarios) subirá el 8 %, hasta 7.800 millones.
El flujo de caja operativo mejorará el 15 % y sumará 6.700 millones, y la producción se situará en 700.000 barriles equivalentes del petróleo al día, frente a los 709.000 barriles de 2019, lastrado por las interrupciones de actividad en Libia, fundamentalmente.
Por otra parte, la compañía confía en reducir su deuda neta el 16 %, hasta situarla en 3.500 millones de euros.