La hoja de ruta del Gobierno para salir al rescate financiero de las compañías más vulnerables de los sectores más críticos no contempla la entrada inversora del Estado como accionista. La fórmula empleada en otros países para salvaguardar la nacionalidad de empresas especialmente sensibles no está en el plan de trabajo del gabinete de Pedro Sánchez.
Así lo ha explicado este martes la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, al término del Consejo de Ministros celebrado en La Moncloa. A una pregunta a este respecto, la gallega ha señalado que esta no es la opción preferente del Gobierno español. “En nuestro caso hemos apostado desde el primer momento por reforzar la liquidez de las empresas”, ha explicado.
En este sentido, Calviño ha adelantado nuevos ajustes en el programa de avales a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para procurar que la liquidez promovida por el Gobierno llegue a todos los estratos empresariales. En este sentido, la vicepresidenta ha explicado: “No creo productivo empezar con debates ideológicos de estar a favor o en contra”, en alusión a qué medidas hubiera sido más convenientes aplicar.
Ampliación al MARF
Una de las medidas aprobadas este martes pasa por ampliar el alcance de los 100.000 millones en avales para emisiones de pagarés en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), el mercado de deuda corporativa de BME diseñado específicamente para pymes. Sin embargo, a lo largo de su trayectoria, compañías de mayor tamaño como Sacyr, Gestamp, Mango, Elecnor, MásMóvil e incluso El Corte Inglés.
Por lo que se refiere a asegurar la españolidad de compañías con actividades críticas para la buena marcha de la economía, el Gobierno ya aprobó el mes pasado un paquete de medidas que contemplaba la imposibilidad de que ningún inversor externo de la Unión Europea (UE) pudiera alcanzar si quiera un 10% del capital de las cotizadas con consideración estratégica. Después esta medida se amplió para incluir en el veto a sociedades de inversión con pasaporte europeo, pero controladas por terceros desde fuera de la región comunitaria.
El caso de Iberia
Uno de los puntos que más preocupa es la españolidad de Iberia, el brazo español del grupo hispano-británico IAG que conforma con British Airways. Sin embargo, las tensiones en este punto se han relajado desde que Reino Unido optó por una fórmula también de préstamos con condiciones preferentes para el sector de las aerolíneas en lugar de proceder a un inyección directa de capitales.