Mientras las plantas de los fabricantes de automóviles en España inician poco a poco la vuelta a la actividad, las de PSA aún no tienen fecha prevista, ya que la consigna es clara: si no podemos vender coches para qué hacerlos.
El grupo francés formado por las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall cuenta con tres plantas de producción en España: Vigo, Madrid y Figueruelas. Las tres, como el resto de las fábricas europeas, permanecen cerradas desde los días 16 (Madrid), 17 (Zaragoza) y 18 (Vigo) de marzo.
Mes y medio después, siguen sin actividad. En el primer comunicado, el grupo automovilístico indicó que el cierre de las plantas europeas era hasta el 27 de marzo. Poco después, esa fecha quedó en el olvido y ahora los casi 15.000 empleados de las plantas españolas contienen la respiración ante la falta de noticias.
Francia y la red comercial, claves
La semana pasada, el director financiero del grupo, Philippe de Rovira, señaló durante la presentación de resultados que PSA reanudará la actividad en sus plantas “cuando se puedan vender coches”, un escenario que todavía no se vislumbra en un futuro próximo, en plena crisis sanitaria por el coronavirus y con medidas de confinamiento en gran parte de Europa.
Una semana después, ese escenario no ha cambiado. Desde los sindicatos el mensaje que transmiten a Invertia es de total incertidumbre. Santiago García Cameselle, secretario general de CCOO en la planta gallega de PSA, confirma que “la red comercial está colapsada y mientras no se vacíe no van a empezar a producir”.
“Los coches que estaban vendidos la gente no los fue a buscar y la red comercial francesa es la más saturada de todas, entonces nos dicen que no tiene sentida producir más coches”, expone el representante de CCOO. “Creo que hasta el lunes 4 no arrancamos”, se aventura Santiago García.
“Mientras los concesionarios no se abran y vuelvan a vender coches, las plantas de PSA no volverán a la actividad”, señala Miguel Fadrique, el secretario general de la Federación Estatal de Sindicatos de la Industria del Metal (FESIM) del sindicato CGT. Además, apunta, “las fábricas francesas de piezas no están funcionando y tampoco podría producir al nivel que le gustaría al grupo”.
Porque, como señala Miguel Fadrique, el resto de las plantas españolas que sí han vuelto a la actividad lo han hecho “a trancas y barrancas, con medios turnos y a ver lo que tiran”. “Va a haber muchos problemas para una producción medio normal”, lamenta.
Lo que sí han aprobado la dirección de PSA Vigo con el acuerdo del Sindicato Independiente de Trabajadores (SIT) y UGT ha sido la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ordinario, por razones organizativas y de producción, que permanecerá en vigor para 4.634 operarios fijos hasta final de año.
Se trata de la continuación al ERTE por fuerza mayor que todavía está vigente desde el cese de la actividad a mediados de marzo, derivado de la crisis sanitaria por el coronavirus.
El acuerdo, que parte de la oferta final remitida por la empresa a los sindicatos este viernes, concreta la aplicación del expediente en dos fases que sumarán 90 días.