La financiación de los vehículos es una suculenta partida para las cuentas de los grandes grupos automovilísticos. Estos ingresos se han convertido en aportaciones garantizadas en caja durante varios ejercicios en un periodo en el que los márgenes de producción se han ido estrechando con el paso de los años.
Los españoles acuden a la financiación del vehículo en aproximadamente el 60% de las compras, según las estimaciones de Faconauto. Las grandes ofertas ocupan mucho espacio en la publicidad de los fabricantes. Los “desde” y “a partir de” llenan los grandes anuncios de la carretera, prensa o televisión. En la letra pequeña, en forma de intereses y comisiones, queda buena parte del negocio.
Los fabricantes vieron la oportunidad de mejorar sus márgenes con la financiación de los vehículos vendidos y la mayoría cuenta con su propia filial financiera. FCA Capital, Seat Financial Services, Ford Credit, PSA Finance, BMW Bank, etc. Subaru y Mazda delegan en España estas operaciones en Santander Consumer Finance.
Elevados intereses
Sin cifras oficiales por parte de las marcas sobre sus ingresos financieros por préstamos en la compra de vehículos, solo hay que dar una vuelta por las páginas web de los fabricantes y leer sus ofertas de financiación. Los comerciales estudian cada caso en función de la entrada, el plazo y el valor del coche, pero los intereses varían poco dentro de las marcas.
Mientras el índice de referencia para las hipotecas a tipo variable, el euríbor, ronda el 0% en la actualidad y los tipos fijos oscilan por encima o por debajo del 2%, los préstamos personales para la financiación de un vehículo se disparan hasta el doble dígito en algunos casos. Es más, incluso la comisión de apertura en los créditos para la compra de vehículos está por encima de ese porcentaje y llega al 3%.
En el mercado podemos encontrar desde una TAE del 6,53% que ofrece BMW para los compradores de sus modelos, hasta un interés del 12,25% para los que quieran financiar la adquisición de un Seat León, pasando por el 7,43% de PSA, el 9,69% de Mercedes-Benz, el 10,58% de FCA, el 7,87% de Nissan o el 11,26% de Ford.
Los resultados se resienten
Una muestra de la importancia de las financieras en los balances de los fabricantes de automóviles es Ford. En el primer trimestre del año, la marca norteamericana perdió 1.993 millones de dólares (unos 1.838 millones de euros). Mientras, Ford Credit, el brazo financiero del grupo, tuvo unos beneficios netos de 21 millones de dólares tras sumar ingresos por valor de 2.967 millones de dólares.
La presentación de resultados de los primeros tres meses del año para los grandes grupos automovilísticos ha sido una escabechina. Incluso Ferrari, que en bolsa está cerca de recuperar lo perdido por la crisis del Covid-19 y es una de las marcas con más solidez, presentó un descenso en el beneficio del 8% (166 millones de euros) con respecto al mismo periodo de 2019.
El grupo Renault registró un volumen de ingresos de 10.125 millones de euros en los tres primeros meses del año actual, un 19,2% de reducción en la comparativa con los 12.527 millones de euros que facturó en dicho período de 2019, según informó la empresa. Además anunció que retiraba la propuesta de dividendo correspondiente al ejercicio del año pasado.
El gigante alemán Daimler presentó un beneficio operativo de 617 millones de euros, lo que representó un desplome del 77,9% en comparación con los 2.798 millones de euros que ganó en los tres primeros meses de 2019. Por su parte, BMW ganó 574 millones de euros. En su caso el retroceso solo fue del 2,4% porque el año pasado había provisionado 1.400 millones de euros.
Un verano esperanzador
La entrada de algunas regiones en la fase 1 ha supuesto la apertura de muchos concesionarios, que hasta ahora habían visto cómo sus ingresos se reducían a cero y la incertidumbre en torno a sus empleados era máxima.
La vicepresidenta de Faconauto, Marta Blázquez, destacó que “la reapertura del lunes es el primer paso para que se produzca la recuperación del automóvil, de tal forma que también estaremos en disposición contribuir al impulso económico y social en la salida de la crisis”.
Por este motivo, los meses de verano son vistos por los profesionales como una gran oportunidad para remontar el vuelo. Más bajo no pueden caer, así que entre los que dejaron la compra del vehículo aparcada en marzo y abril, las ofertas que saquen los concesionarios y el lanzamiento de NIW a mediados de junio, el sector mira con esperanza la llegada del periodo estival.
A esta recuperación podría ayudar, y mucho, que el Ejecutivo anunciara alguna ayuda en el ámbito de la demanda para la compra de vehículos. Es una constante demanda por parte de fabricantes y concesionarios para el Gobierno y esta situación una gran oportunidad para dar un pequeño empujón a un sector muy castigado en los últimos años.