La limitación de capacidad y el recelo de los usuarios por miedo a contagiarse de coronavirus van a originar que los sistemas de transporte público de las principales ciudades del mundo reduzcan su volumen de pasajeros transportados durante los próximos meses. Diferentes estudios y encuestas señalan que una parte de estos pasajeros están valorando realizar sus desplazamientos en coche.
Ante este panorama ciudades como Londres, París o Milán han lanzado ambiciosos planes de movilidad que pretenden fomentar otros medios de transporte distintos al automóvil particular. Unas medidas que ampliarán notablemente el espacio dedicado a zonas reservadas para peatones y a ampliar y a crear nuevos carriles que den prioridad a la bicicleta o los patinetes.
Para la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, esta revolución no es nueva. El eje central de su campaña de cara a las próximas elecciones giraba entorno a la idea de realizar cambios estructurales en la capital francesa para que todos sus ciudadanos estuvieran a 15 minutos de su trabajo o del colegio de sus hijos. Un plan que incluía la creación de 1.000 kilómetros de carril bici que ahora ha decidido acelerar.
"No vamos a ser invadidos por vehículos". Así de contundente se mostró Hidalgo el pasado 5 de mayo cuando presentó su plan de movilidad para la desescalada. Para ello ha puesto en marcha un plan centrado en evitar que los usuarios que no van a viajar en transporte público opten por el coche.
Para ello se han triplicado los aparcamientos disuasorios de las entradas de la ciudad que pasarán de 1.000 plazas a 3.000. A la vez, se va a reforzar el número de autobuses "porque es más sencillo mantener las normas sanitarias en el transporte de superficie", explicó Hidalgo. Pero si existe una medida estrella de este plan esa es la creación de 50 kilómetros de carriles de automóviles que ahora se dedicarán sólo a las bicicletas. En paralelo se va a restringir el acceso de coches a muchas partes del centro de la ciudad.
A estas medidas también se va a añadir el impulso de la utilización de vehículos ecológicos compartidos. Desde el próximo 20 de mayo, Zity estrenará su servicio de carsharing en la capital francesa que arrancará con 500 vehículos.
Cambios permanentes en Milán
"Si todos los desplazamientos que no opten por el transporte público pasan a realizarse en coche se creará un gran problema ambiental". El discurso de Marco Granelli, concejal de Movilidad de Milán, sigue una línea muy similar al de Hidalgo.
En el caso de la ciudad italiana, entre las primeras medidas puestas en marcha destaca la reducción de la velocidad dentro de la ciudad a 30 kilómetros por hora en gran parte de los trayectos interiores de la ciudad. Además, la capital sumará 35 kilómetros nuevos de ciclovías que se trazarán en el asfalto de forma permanente.
La decisión de reducir la velocidad busca "una convivencia pacífica y segura con peatones, ciclistas y todos aquellos que se moverán por medios alternativos" señala Pierfrancesco Maran responsable del plan. "Aquellos que estén sanos y puedan hacerlo tendrán que encontrar otras formas de moverse" que no sean el automóvil o el transporte público y, por lo tanto, "en bicicleta o a pie".
Del mismo modo, se va a fomentar el uso de vehículos ecológicos. Está previsto que en los próximos días lleguen 6.000 scooters eléctricas compartidas y que se dupliquen el número de las bicicletas de esta modalidad.
Revolución en Londres
La última gran ciudad que ha decidido sumarse a este tipo de medidas ha sido Londres. Y lo ha hecho a lo grande. El pasado viernes el alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, anunció un plan de choque que cerrará el paso a los automóviles y camionetas en gran parte del centro de la ciudad.
Una iniciativa por la que calles principales como London Bridge y Shoreditch, Euston y Waterloo, y Old Street y Holborn, sólo podrán ser transitadas por autobuses, peatones y ciclistas a las que pueden sumarse otros puntos neurálgicos de la ciudad como Waterloo Bridge y London Bridge.
"El Covid-19 plantea el mayor desafío para la red de transporte público de Londres en Transport for London history. Tenemos que mantener el número de personas que usan el transporte público lo más bajo posible. A la vez, no podemos ver los viajes que antes se realizaban en transporte público reemplazados por el uso del automóvil porque nuestras carreteras quedarían bloqueadas", declaró Khan.
Así las cosas, París, Milán y Londres realizarán durante las próximas semanas varios de los experimentos en materia de movilidad más importantes de las últimas décadas. Un tiempo en el que se comprobará la viabilidad de nuevos modelos en los que se pretende que, por razones bien distintas, el transporte público y el coche dejen paso a nuevas alternativas de movilidad. De confirmarse su éxito, se convertirán en alguno de los capítulos de mayor impacto y mayor éxito de esa denominada nueva normalidad.