El único antídoto efectivo conocido hasta la fecha para frenar los contagios por coronavirus ha sido el confinamiento. Una medida activada junto con el Estado de Alarma que ha traído consigo un efecto secundario: la mayor reducción de movilidad vivida en territorio español desde la Guerra Civil. Ahora, tras anunciarse el pasado 29 de abril el plan de desescalada por fases del Gobierno, tanto el tráfico por carretera y como el uso del transporte público han comenzado a reactivarse.
Si se cumplen los plazos, este proceso durará hasta el mes de junio. Durante las próximas semanas las provincias españolas irán quemando etapas de forma asimétrica. Cada territorio deberá recorrer las cuatro fases marcadas en el plan que permitirán recuperar progresivamente la actividad de los ciudadanos tanto dentro como fuera de sus ciudades. Hasta que no se completen, seguirá limitados los viajes entre provincias.
Pese a que nos encontramos en el arranque de este proceso, ya han comenzado a notarse los primeros efectos de la desescalada. Para analizarlos hemos recopilado información sobre la evolución de diferentes indicadores de movilidad de ocho ciudades que se encuentran actualmente en la fase 0 y en la fase 1. Un estudio que combina datos de Apple, Google, Moovit, el Ministerio Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la DGT y todas las instituciones tanto municipales como autonómicas que han querido colaborar.
Entre las ciudades en etapas más avanzadas vamos a fijarnos en Sevilla, Bilbao, Vigo y Las Palmas de Gran Canaria. En lo que respecta a las poblaciones que aún no han podido pasar de fase, tomaremos como ejemplo Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga.
Para comprender cómo ha evolucionado el transporte urbano y el tráfico en estas ocho ciudades hemos tomado como referencia los lunes 27 de abril, 4 de mayo y 11 de mayo. Tras un análisis preliminar, los datos señalaron que el primer día de la semana ha ido marcando saltos de actividad que se han mantenido durante las siguientes jornadas.
Para analizar esta evolución hemos realizado una representación que ofrece una imagen de conjunto de las distintas velocidades a las que avanzan los territorios. Con ella podemos ver la repercusión que tienen los cambios o no de fase en cada uno de los territorios. Hemos diferenciado cromáticamente la fase en la que se encuentra cada ciudad. Además, el diámetro de cada circunferencia añade la dimensión de la población, un factor relevante en la movilidad.
Acelerón desde el 4 de mayo
Tras el primer análisis, es apreciable cómo entre los días 4 y 11 de mayo el conjunto de ciudades han protagonizado un acelerón más acentuado que el registrado entre el 27 de abril y el 4 de mayo. El primer indicador que salta a la vista es que, en todas las poblaciones, el coche está teniendo una recuperación significativamente más rápida que el transporte público.
Si tomamos como referencia los datos del pasado 11 de mayo, el nivel de recuperación del uso del vehículo particular se acerca en casi todas las ciudades analizadas al 50%. Mientras, el transporte público sólo supera la barrera del 30% en Valencia.
Independientemente de la fase en la que se encuentran, se puede apreciar cómo las ciudades se mueven más rápidamente de izquierda a derecha (incremento de tráfico) que de abajo a arriba (incremento de uso del transporte público). Para entender mejor esta evolución hemos trazado una diagonal entre los ejes X e Y.
Cuanto más cerca está una representación de una ciudad de esta línea, más balanceada será la evolución del uso del coche y del transporte público. El avance por debajo de esta línea señala un mayor peso del automóvil respecto al transporte público. Si un punto cruza esta linea y pasa a la parte superior, el transporte público está creciendo con más fuerza que uso del vehículo individual en esa ciudad. La imagen resultante es rotunda: el coche se está imponiendo como la opción elegida mayoritariamente por los ciudadanos en estos primeros tramos de la desescalada.
Diferentes evoluciones
Los datos recopilados también señalan que, pese a que el coche se impone al transporte público en todas las ciudades, Valencia, Bilbao y Málaga tienen un crecimiento más compensando de las opciones elegidas por los usuarios para desplazarse.
En este punto Valencia destaca como la ciudad analizada en la que más se está recuperando el uso del transporte público llegando al 34%. La siguiente ciudad en este aspecto sería Bilbao que se quedaría en un 29%.
En cambio, en Vigo, Las Palmas de Gran Canaria, Sevilla, Barcelona y Madrid el uso del coche está creciendo a un ritmo mucho más alto que el transporte público. En este punto, la ciudad gallega se destaca como el municipio en el que más se ha incrementado el uso del vehículo particular durante las tres últimas semanas llegando a recuperar un 67% respecto a los niveles normales.
Si se tienen en cuenta todas las dimensiones, Valencia destaca como la ciudad analizada que ha recuperado un mayor nivel de movilidad. Lo chocante de esta circunstancia es que la ciudad del Turia se encuentra en Fase 0. Pese a ello, se impone a Bilbao, Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria y Vigo, todas ellas ya en Fase 1 de desescalada.
La clasificación por actividad seguiría con Barcelona, Madrid y Málaga. En este punto, parece que, además de las limitaciones de movilidad fijadas en el Estado de Alarma, la desaparición de turistas puede ser un factor muy influyente en las ciudades con menos recuperación de actividad.
Madrid y Barcelona
En lo que respecta a las ciudades con mayor población de España, el aumento de actividad ha tenido un patrón similar en ambas urbes. Al contar con un mayor detalle de información, podemos analizar algunas diferencias significativas entre ambas.
En el gráfico anterior se puede apreciar cómo la recuperación del uso del coche ha sido sensiblemente más importante en la capital catalana. El nivel de recuperación del tráfico llega al 55% frente a un 49% en el caso de de la ciudad madrileña. Al analizar los diferentes usos del transporte público, destaca que en ambas ciudades la diferencia con el coche es muy destacada ya que aún registra disminuciones del 80%.
En lo que tiene que ver con la reactivación de los distintos servicios de transporte público, sí existe alguna diferencia destacable entre las dos capitales. En el caso del metro y del autobús urbano, ambas ciudades tienen niveles muy similares con una recuperación algo mayor en Barcelona. En cambio, los autobuses interurbanos y los servicios de cercanías ferroviarias están registrando una recuperación de actividad mayor en Madrid que en Barcelona. En concreto, la diferencia llega a un 7,5% en el primer caso y del 4,5% en el segundo.
Por su parte, el volumen de desplazamientos a pie sí muestra patrones distintos. Pese a estar ambas ciudades en la Fase 0 los datos de los móviles revelan que los madrileños están paseando más que los barceloneses. En concreto, Madrid registra una recuperación de los niveles previos al confinamiento un 9% más acentuada que Barcelona.
En esta evolución, los datos muestran como, tras un gran salto entre los días 27 de abril y 4 de mayo, el 11 de mayo los madrileños redujeron sus niveles de movimiento en comparación a la semana previa. En el caso de Barcelona, el salto entre las dos primeras fechas analizadas también es pronunciado, pero no se aprecia la misma reducción registrada en Madrid el pasado lunes.
El reto de las próximas semanas
Así las cosas, las ciudades españolas han encarado las primeras semanas de desescalada con una marcada tendencia que indica que los usuarios están optando por el coche para realizar sus primeros desplazamientos. En sólo tres semanas, el vehículo privado ha recuperado la mitad de la actividad si se compara con el periodo previo al confinamiento.
Hay que tener en cuenta que las limitaciones de ocupación van a reducir notablemente las capacidades del transporte público. Las primeras proyecciones señalan que sólo podrá transportar a un 40% de los pasajeros en comparación con los días anteriores a la puesta en marcha del Estado de Alarma. El análisis de los datos señala que muchas ciudades han recorrido la mitad del camino que lleva a alcanzar esa capacidad.
En este contexto, la evolución de las próximas semanas será clave para valorar cómo queda repartido el mix de la movilidad de las ciudades españolas. Un periodo en el que se espera que la ausencia de turismo, la reducción de las clases y el avance del teletrabajo reduzcan el número de desplazamientos. En las siguientes ediciones de esta serie analizaremos si se confirma esa caída y cómo se reparte entre las distintas opciones de movilidad.