El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha lamentado la grave situación que vive la compañía automovilística Renault debido a la crisis del coronavirus y ha llegado a asegurar que "se juega la supervivencia" y "puede desaparecer".
Así lo ha señalado Le Maire en dos entrevistas publicadas por el diario galo 'Le Figaro' y la radio 'Europe1' recogidas por Europa Press, en las que ha subrayado que tanto Renault como los grandes constructores industriales "pueden desaparecer", por lo que el fabricante de vehículos "se juega su supervivencia".
En este sentido, el ministro francés ha asegurado que el grupo automovilístico pretende solicitar un préstamo con garantías estatales por importe de 5.000 millones de euros, que todavía no ha sido firmado.
Tira y afloja
Para llevar a cabo esa transacción, el Ejecutivo le reclama "compromisos" en tres direcciones: el vehículo eléctrico, el respeto de las compañías auxiliares y la localización en Francia de sus actividades tecnológicas más avanzadas.
Estas declaraciones se producen justo unos días después de que saliese a la luz que Renault estaría planeando cerrar tres fábricas ubicadas en Francia como parte de su reestructuración para hacer frente a la crisis del Covid-19.
De esta manera, sus instalaciones de Dieppe, de Les Fonderies de Bretagne y de Chiosy-le-Roi podrían dejar de operar "en un futuro próximo". En total, unas 1.000 personas trabajan en estas tres factorías.
Mientras tanto su planta de Flins podría dejar de producir automóviles y pasar a ser utilizada para otras tareas, como la producción de prototipos. Allí trabajan unas 2.600 personas, sin contar el personal temporal. Sobre esta última, el ministro francés señaló que "Flins no debería cerrar".
Mientras, en España hoy estaban de enhorabuena por el inicio de la fabricación de la versión híbrida enchufable del Captur en la planta de Valladolid.