La empresa de alquiler de vehículos Hertz todavía no ha llegado a un acuerdo con los bancos para reestructurar su deuda y evitar su bancarrota, a escasas horas de que termine el plazo concedido por sus acreedores para buscar una solución.
Todo ello después de que a principios de este mes los acreedores de la firma le otorgasen hasta este viernes de plazo para "desarrollar una estrategia y una estructura de financiación que refleje mejor el impacto económico de la pandemia del Covid-19".
Este punto muerto en las negociaciones se produce horas antes de que termine el plazo para pactar un trato. Sin embargo, fuentes cercanas a la compañía han asegurado que ciertos inversores ven más seguro recuperar su dinero si Hertz se declara en suspensión de pagos y se ve obligada a vender sus vehículos.
366 millones de deudas
De esta manera, la empresa se está quedando sin tiempo para llegar a un acuerdo o pagar cerca de 400 millones de dólares (366 millones de euros) de sus deudas, según Bloomberg.
Las restricciones de viajes vinculadas al brote de coronavirus y el colapso económico global afectaron particularmente al negocio de las compañías de alquiler de vehículos, muy vinculadas al turismo. Hertz había mantenido conversaciones con sus acreedores sobre cómo aliviar su deuda sin verse obligada a llegar a la bancarrota.
Debido a su falta de liquidez, Hertz tomó la decisión de despedir a miles de sus empleados en marzo. Los bancos habían dado a la compañía plazo hasta el 4 de mayo para encontrar una solución a sus problemas, sin embargo, ampliaron el tiempo hasta este viernes, 22 de mayo, para evitar la bancarrota de la firma.
"Como resultado de la pandemia, Hertz ha experimentado un impacto negativo rápido, repentino y dramático en su negocio. A pesar de haber tomado medidas agresivas para reducir costes, se enfrenta a importantes gastos fijos", subrayaron desde la compañía.