Los peores augurios se han hecho realidad. Nissan Barcelona echa el cierre y con ello los cerca de 4.000 empleados que estaban en huelga indefinida desde el pasado 4 de mayo quedan en la calle.
Nissan ha comunicado al Gobierno oficialmente a primera hora de esta mañana el cierre de su planta de Barcelona, una decisión que el Ejecutivo "lamenta", ha informado el Ministerio de Industria, que ha propuesto a la presidencia de la firma japonesa crear un grupo de trabajo para buscar alternativas a la fábrica.
De nada han servido el plan de incentivos que presentó el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En el comunicado, el departamento dirigido por Reyes Maroto insiste en que la continuidad de la fábrica barcelonesa tiene sentido económico para Nissan Motor, "al ser más rentable invertir que asumir el coste del cierre, que podría superar los 1.000 millones de euros".
"La planta de Barcelona tiene carácter estratégico, ya que abandonar la Ciudad Condal y España es abandonar la Unión Europea, con el consiguiente coste reputacional en un mercado de más de 500 millones de habitantes", añade el comunicado.
En la nota, Industria señala que una vez conocida la decisión, que le fue comunicada oficialmente esta mañana, se inicia un periodo de negociaciones en el que se establecerán los plazos y las condiciones del proceso.
El futuro de la planta
El Gobierno de España convocará en los próximos días a Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, Consorcio Zona Franca y centrales sindicales para analizar conjuntamente la situación y estudiar diferentes escenarios de futuro.
A las 10:00 (hora españolas) El CEO de la compañía, Makoto Uchida, explicará el plan estratégico para los próximos años en una rueda de prensa desde Japón. En ella detallará las medidas adoptadas a medio plazo.
Nissan tenía claro que quería dejar Europa para Renault y que cada marca tuviera su parcela de poder en la alianza que forman estos dos gigantes con Mitsubishi. Infiniti ya quedó absorbida por la red comercial de su matriz en el Viejo Continente y esta decisión solo ha sido un paso más en el camino.
Derivada industrial y política
La triste noticia también es un duro golpe para la industria automovilística española. Con un peso aproximado del 10% del PIB y casi 3 millones de vehículos producidos en 2009, el sector es una pieza clave en la balanza comercial ya que la mayor parte de ellos tiene como destino el extranjero.
Además, lanza un mensaje de debilidad y falta de pericia por parte del Gobierno para negociar con grandes corporaciones internacionales. Tal y como admitió recientemente a Invertia el presidente del comité de empresa, Juan Carlos Vicente, "hasta que no ha llegado el momento de la verdad, el Gobierno ha sido bastante pasivo".
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró esta misma semana que Nissan "tiene mucho futuro" en España. Quizá se referiría a las plantas de Ávila y Cantabria. La incertidumbre política y las amenazas de impuestos llegan a todos los rincones del mundo. También el anuncio de los 8.000 millones que ha puesto Francia encima de la mesa para el sector de la automoción.
Nissan lleva instalada en España desde los años 80 y la planta de Barcelona, formada por los centros de producción de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu, representa el 80% de la plantilla.
El 20% restante está repartido en las factorías de Ávila y Cantabria, cuya supervivencia está a priori asegurada ya que fabrican y distribuyen pieza para toda la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi.