El desplome económico sin precedentes provocado por la crisis del coronavirus se traducirá en un agujero de capital de 720.000 millones de euros en las empresas de la Unión Europea en 2020, que amenaza con desembocar en una cascada de quiebras y en la destrucción de millones de puestos de trabajo, poniendo en riesgo la recuperación, según ha avisado este viernes la Comisión Europea.
Las pérdidas estarán muy concentradas en sectores como los servicios de hostelería y restauración; actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento; y en menor medida el comercio mayorista y minorista, el transporte y la industria. Las necesidades de capital podrían dispararse hasta 1,2 billones de euros si las medidas de confinamiento se prolongan debido a nuevos rebrotes del Covid, de acuerdo con el análisis de impacto que ha hecho Bruselas.
"Si no se afrontan, estos déficits de capital pueden conducir a un periodo prolongado de baja inversión y elevado desempleo. El impacto del déficit de capital será desigual entre sectores y Estados miembros, provocando divergencias en el mercado único", avisa el Ejecutivo comunitario.
Para evitar que este escenario se materialice, el equipo de Ursula Von der Leyen, propone crear un nuevo instrumento, dentro del nuevo fondo de reconstrucción de 750.000 millones, para ayudar a la recapitalización de empresas golpeadas por el Covid. No será el fondo el que entre directamente en el capital de estas compañías, sino que prestará una garantía de 31.000 millones con el objetivo de movilizar capital público y privado gracias a la reducción de riesgos.
El objetivo de esta iniciativa es movilizar hasta 300.000 millones de euros en capital adicional para las empresas europeas. Si los Gobiernos de la UE lo aprueban, el nuevo instrumento podría empezar a funcionar a partir de septiembre.
ALEMANIA vs ESPAÑA
Aunque no hay clave de reparto ni sobres nacionales, la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager, ha explicado que el objetivo es concentrar este instrumento en los países más afectados por la crisis y que tienen menos margen presupuestario para dar ayudas públicas a sus empresas. Es decir, aunque no los ha nombrado, hablaba en particular de España e Italia.
Para hacer frente al Covid, el Ejecutivo comunitario ha dado barra libre a los países miembros a la hora de salir al rescate de sus empresas, ya sea con medidas de liquidez o incluso mediante la nacionalización parcial y total. Sin embargo, las ayudas públicas aprobadas hasta ahora desvelan una gran disparidad entre los Estados miembros.
Por ejemplo, Alemania acapara 996.000 millones, equivalente al 29% del PIB alemán y al 52% de todas las ayudas públicas que se han dado en la UE. Le siguen Francia (324.000 millones, el 13,4% del PIB), Italia (302.000 millones, el 17% del PIB) y Bélgica (54.000 millones, el 11% del PIB). Sin embargo, España apenas ha liberado 27.000 millones (el 2,2% del PIB), según los cálculos de Bruselas.
El nuevo instrumento de solvencia será gestionado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que utilizará la garantía de la UE para movilizar capital a través de plataformas de inversión privadas o de los bancos nacionales de desarrollo como el ICO español. La condición es que estos fondos o entidades intermediarias estén establecidos y ejerzan su actividad en la Unión.
Para beneficiarse de esta ayuda, las empresas deben estar establecidas en la UE, ser económicamente viables (es decir, sin dificultades previas al coronavirus) y tener problemas para financiarse por su cuenta en los mercados debido al impacto de la pandemia.