Alemania es conocida por ser el apóstol más ferviente de la austeridad en Europa. Sin embargo, parece que la predicación no ha calado en el tejido empresarial del país. Las empresas germanas llegan a la difícil prueba de la crisis del coronavirus con un endeudamiento sobre recursos propios 10 puntos superior al que marcan las compañías españolas.
En esta ocasión, parece que se cumple el viejo refrán castellano que dice aquello de que unos llevan la fama y otros cardan la lana. Un reciente informe de la gestora Janus Henderson que mide el nivel de endeudamiento con el que el mundo se enfrenta a esta crisis sanitaria y económica es concluyente. Mientras que las cotizadas alemanas soportan un endeudamiento del 108% sobre recursos propios, la ratio se queda en el 98% en el caso español.
Dicho de otro modo, las empresas españolas tienen casi tantas deudas como dinero entre caja fuerte y activos. Solo hay una estrecha diferencia de dos puntos porcentuales a favor de sus recursos propios. Sin embargo, las compañías que cotizan en la Bolsa de Fráncfort cuentan con una deuda sensiblemente superior a lo que valen sus activos más lo que guardan en el cajón.
Mejor que otros periféricos
La ventaja española se repite frente a Italia (107%) y, de forma más evidente, frente a Portugal, donde la ratio de endeudamiento alcanza del 138%, según el estudio de la firma de inversión británica. Si este porcentaje se traslada a números del día a día, se podría decir que las compañías del país vecino deben 138 euros por cada 100 euros de los que pueden disponer. De nuevo, punto para las cotizadas españolas.
Con este dibujo, no es tan difícil entender por qué Alemania esta vez se ha puesto más del lado de los países del Sur de la Unión Europea en su exigencia a Bruselas de un firme compromiso económico con la reconstrucción y la supervivencia de las compañías, generadoras de empleo y motores de cada economía nacional. Y es que la brecha con los ‘frugales’ es más que evidente.
Dinamarca, que ha encabezado el grupo díscolo con la concesión de ayudas sin contrapartidas a estados miembros y compañías estratégicas en apuros económicos, puede presumir de que sus empresas llegan a esta crisis con un ratio de endeudamiento de solo el 2%. La cifra es la más baja de toda la Unión Europea, que tiene a su segundo alumno más aplicado en Finlandia, con una tasa del 5%.
Por si fuera poco, en Dinamarca, la tasa de endeudamiento de sus cotizadas -que sirven en el estudio como termómetro del conjunto del tejido empresarial de cada país- ha logrado llegar a esta ínfima cota desde el 15% que se marcaba en 2014. Alemania ha seguido el camino inverso, al haber incrementado su ratio de endeudamiento desde el 105% de hace cinco años.
Emisión desbocada
Incluso las recetas de austeridad y la ‘regla de oro’ han calado más hondo en España que en el país que muchos siguen apodando como ‘la locomotora de Europa’. La ratio de endeudamiento de las cotizadas españolas era en 2014 del 117%. Y un año después se llegó a alcanzar el 126%, según los datos del estudio. La caída desde ahí hasta el dato de partida para luchar contra el coronavirus es de nada menos que de 28 puntos porcentuales.
Aunque previsiblemente estas cotas hayan cambiado en los últimos meses, pues las empresas españolas se han entregado con frenesí a la emisión de deuda para contar con fondos suficientes como para capear los peores compases del coronavirus, partir de ratios más amables juega a su favor.
Además, el estudio muestra que no es un hecho aislado el de España, donde las corporaciones han emitido casi el doble que el año pasado hasta junio.
En este sentido, Janus Henderson calcula que entre enero y mayo se emitieron bonos corporativos por un importe de 384.000 millones de dólares. Esta cifra ya supone un 6,6% más que todo lo emitido a lo largo del año pasado al completo. Una furia emisora que se entiende mejor en el contexto del respaldo del Banco Central Europeo (BCE), que está permitiendo unos costes sensiblemente más bajos de los que el mercado hubiera exigido vía cupón a estos papeles.
El motor alemán
El informe destaca que “tres de las diez empresas más endeudadas del mundo son fabricantes de automóviles alemanes”. Se trata de Volkswagen, Daimler y BMW, cuyos números “ayudan a explicar por qué con 762.000 millones de dólares, el endeudamiento corporativo en Alemania es el segundo más elevado del mundo”.
Solo EEUU bate la cota germana en números redondos, aunque a una más que significativa distancia, pues alcanza los 3,9 billones de dólares. En el caso español, esta cifra es de 159.000 millones.
Con todo, las empresas europeas representan casi un 25% de la deuda corporativa viva en todo el mundo. La suma de sus pasivos alcanza los 1,9 billones de dólares según los expertos de Janus Henderson. Aunque el trabajo en favor de la austeridad se traduce en un incremento “más lento” que en otras regiones del mundo, en los últimos cinco años la bola de deuda ha engordado casi un 25%, según recoge el informe.
En la vieja Europa, la ratio media de endeudamiento es del 43%, lo que tampoco deja en demasiado buen lugar a España. Y más si se compara con cifras de otros frugales como Austria, con un 49% que apenas se aleja en seis puntos porcentuales de esta media.