En España el gasto anual de agua en lavar ropa es de 174 billones de litros. La colada es una de las tareas del hogar que no emocionan especialmente a nadie. Más bien todo el que puede intenta desentenderse del proceso semanal de lavado, secado y planchado de ropa.
La familia de Héctor Strumbo vio en esto una necesidad que las lavanderías tradicionales no cubrían. Aunque ya existían servicios de limpieza profesional de ropa, un gran porcentaje de estos establecimientos utiliza una serie de productos químicos, como el tetracloroetileno, que resulta completamente nocivo para la salud y puede provocar posibles efectos cancerígenos.
Por ello, Strumbo se lanzó a desarrollar un nuevo modelo de negocio basado en un sistema de limpieza profesional de ropa, que emplease únicamente productos ecológicos, y que añadiese un componente artesanal.
Nueva forma de negocio
El servicio de Telelavo cubre desde la recogida de ropa en el domicilio hasta la entrega de las prendas ya planchadas y "colgadas en perchas respetuosas con el medioambiente", aunque, apunta el emprendedor, también se repasan costuras y "se cose un botón si hace falta".
En España hay 18.625.700 hogares los cuales ponen una media de tres lavadoras a la semana. Strumbo considera que las otras alternativas a la limpieza de ropa, como las máquinas de autoservicio, no logran satisfacer completamente la demanda.
"La incorporación del autoservicio en España es un sistema que beneficia más al inversor que al cliente", valora Strumbo. En este sentido, considera que estos sistemas son una "mala inclusión del modelo americano", pues terminan beneficiando al "inversor que no quiere ser empleador".
"Un sector en sí mismo"
El objetivo de Telelavo era lograr la "superación del autoservicio" americano tan visto en las películas optimizando tiempo y recursos. De esta manera, logró poner en marcha la primera lavandería artesanal del mundo con la que podría contribuir al ahorro de más de un 70% del agua con respecto al lavado en los hogares.
"Nos hemos encontrado con un modelo de lavandería que crea un sector en sí mismo y que sale más barato que lavar en casa o en la tintorería", asegura el emprendedor. Según los datos que manejan, el proceso de la colada para una pareja supone un gasto medio que oscila entre los 109 y los 124 euros en la vivienda de una pareja, mientras que el coste de los servicios de Telelavo supone 79 euros al mes.
En este sentido, Strumbo asegura que tienen tanto clientes que viven solos como personas en situación de desempleo. El factor determinante de reside en el "valor añadido" que aportan en la limpieza. "Para permitir artesanía en tiempos de cantidad hay que digitalizar", afirma.
Franquicia digitalizada
El creador de Telelavo incide en que precisamente la digitalización es la partida en la que más se invierte, "porque es el sistema que apoya a los talleres y permite asumir toda la cantidad de pedidos".
Así, apuestan por un sistema franquiciado que ya dispone de 17 tiendas repartidas principalmente entre Madrid, Andalucía y Murcia. Cada establecimiento emplea a una media de seis trabajadores de distinta edad que, aseguran, "hacen muy buena mezcla". De hecho, es frecuente ver a gente joven trabajando codo con codo con trabajadores de 54 años, que son "las que dan calidad a la prenda, cariño y detalle".
"El franquiciado puede monitorizar el sistema de los encargos, la situación de las lavadoras y su consumo. Todo queda registrado en el sistema", apunta. Una evolución digital también para el cliente, que puede gestionar su colada desde la aplicación móvil que acaban de lanzar, y supervisar el proceso en todo momento desde su dispositivo.
Expansión del modelo de negocio
Durante el estado de alarma, el Boletín Oficial del Estado (BOE) decretó que las lavanderías eran un servicio básico. Esto incrementó notablemente la demanda de la primera lavandería artesanal del mundo.
"Hemos incrementado tanto el número de lavanderías como el volumen de pedidos", comenta Strumbo. Durante los próximos doce meses tienen la intención de abrir 40 nuevos establecimientos en todo el territorio.
Ante un periodo de inestabilidad económica como la actual valora que "han llegado para quedarse" por su condición de servicio indispensable que les lleva no solo a los particulares, sino también a otras empresas como restaurantes u hoteles que deciden externalizar por completo el servicio de colada. Con esta idea aspiran a llegar a Barcelona, Valencia, País Vasco y Galicia en los próximos meses, pero también a Buenos Aires y Francia.