Alcoa ha anunciado este viernes que hará efectivo el despido colectivo de 524 trabajadores en su planta en Cervo (Lugo) y que paralizará las cubas de electrolisis cuatro días antes de que terminase el plazo de quince días que trabajadores y empresa se habían dado tras fracasar las negociaciones para la venta de la factoría.
“La decisión se tomó en la tarde del 8 de octubre después de analizar todas las opciones posibles y de llevar a cabo un periodo de consultas de cuatro meses con los representantes de los trabajadores y de las negociaciones para una posible venta de la planta de aluminio”, ha informado la multinacional aluminera a través de un comunicado.
Los trabajadores de Alcoa San Cibrao llevan en huelga desde el pasado lunes en protesta por la actitud de la empresa, que se ha negado a considerar las propuestas de compra por parte de GFG Alliance, del grupo Liberty, y de la SEPI.
Este anuncio por parte de Alcoa se ha producido escasos minutos después de que la autoridad laboral competente -la Consellería de Emprego de la Xunta de Galicia- le remitiese a la compañía un escrito en el que denunciaba una “infracción de la buena fe contractual” a lo largo de todo el proceso de negociación del despido colectivo.
En concreto, la autoridad laboral ha hecho referencia al hecho de que se remitó documentación en idioma no oficial -inglés- en varias ocasiones y a que el proceso no se paralizó pese a que la comarca de A Mariña -donde se encuentra la factoría- se encontraba confinada.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se había mostrado favorable a exigir al Gobierno central una intervención pública de la empresa en caso de acreditar esta “mala fe” en el cierre de la planta, una posición compartida por los trabajadores y por el Bloque Nacionalista Galego (BNG).