La planta de Volkswagen Navarra está de enhorabuena. Tras lograr a principios de este mes la mayor producción diaria desde hace nueve años con 1.581 unidades, ya puede decir que ha iniciado el ensamblaje de dos nuevos modelos cuya fabricación en serie comenzará el año que viene.
La experiencia acumulada desde que comenzara la producción del Volkswagen Polo allá por 1984 sin interrupción, salvo las semanas obligadas por la pandemia, ha servido para que la matriz de Wolfsburgo haya confiado en la planta navarra en estos dos importantes proyectos.
Lo hizo en 2018 al otorgarle la fabricación del T-Cross y volvió a hacerlo en 2019 para el facelift / restyling del Volkswagen Polo y para el nuevo Crossover Utility Vehicle (CUV) de la marca alemana, bautizado como Nivus.
Un año después, el director de Producción de Volkswagen Navarra, Miguel Ángel Grijalba Blanco, anuncia a Invertia que la factoría situada en el Polígono Industrial de Landaben, en Pamplona, ya está ensamblando unidades del preserie del tercer modelo. Este nuevo CUV, basado en la plataforma del Polo, pero con identidad propia y un diseño completamente diferente, comenzará a producirse en la fábrica española a final de verano del año 2021.
De la misma manera, la planta navarra ya está fabricando los primeros coches de preserie para todas las pruebas y liberaciones necesarias del facelift / restyling del Volkswagen Polo que llegará a las calles también el año que viene.
Producción pre-Covid
El director de Producción de Volkswagen Navarra explica que “la situación actual (de la planta) es buena ya que estamos fabricando a tope de nuestra capacidad diaria”. “Si bien -advierte- hay que ser muy cautos ya que las expectativas en la actual situación de crisis son muy a corto plazo y lamentablemente no tan halagüeñas”.
De momento, Miguel Ángel Grijalba indica que es “realmente un hito” el récord marcado a principios de este mes. Se trata ni más ni menos que mantener la línea de producción en marcha ininterrumpida durante las 24 horas del día para fabricar un coche cada 54,6 segundos hasta llegar a los 1.581 coches/día, una cifra no vista desde hace nueve años. “No es un objetivo en sí mismo, sino que lo importante es satisfacer la demanda de coches en el momento en el que se produce lo antes posible”, señala.
Los tres turnos completos volvieron a trabajar el 24 de agosto. Ese día, la planta de Landaben recuperó los volúmenes de producción/día previos a la pandemia. “Ahora mismo estamos produciendo, gracias al trabajo durante las pausas, un 10% más”, afirma Miguel Ángel Grijalba. Pese a ello, reconoce que “la falta de demanda global no va a hacer posible recuperar todo el volumen no fabricado en la época del confinamiento”.
En cuanto a la plantilla, a finales de septiembre ya trabajaban en la factoría del grupo alemán 5.150 personas, incluyendo los cerca de 450 trabajadores eventuales recientemente contratados para posibilitar el trabajo durante las pausas. “Con la previsión actual, apunta Miguel Ángel Grijalba, esta será la situación hasta final de año”.
Los planes de la planta navarra a corto plazo pasan en primer lugar por la preparación segura de la factoría para tener éxito en los dos lanzamientos de producto (renovación del Polo y el nuevo Nivus). Además, señala su director de Producción, trabajan para la adaptación rápida ante los cambios motivados por la crisis de la Covid-19.
“El futuro más lejano pasa por la preparación de la fábrica para contribuir a la movilidad eléctrica”, destaca Miguel Ángel Grijalba. Podría entrar en la lucha por producir un posible modelo ID-1, lo más parecido por ahora a la versión eléctrica del Polo.
Si bien el directivo reconoce que “la decisión sobre la existencia de un ID-1 no está aún tomada a nivel del Consorcio Volkswagen, lógicamente la tarea de Volkswagen Navarra es mantener unos indicadores competitivos para que, en su caso, la decisión sea que se fabrique en Pamplona”. Algo que llegaría, como mínimo, después de 2022.