Airbus inicia una semana clave para su futuro. El gigante aeronáutico y los sindicatos comienzan a materializar el plan de futuro de la compañía. La negociación está marcada por los más de 1.600 empleos de los centros de Andalucía, Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid que siguen en el aire. La clave pasa ahora por combinar las dos líneas rojas de la plantilla: ningún despido y mantener las capacidades industriales.
Las reuniones se producen tras el acuerdo para ampliar el ERTE en las plantas de Getafe (Madrid), Illescas (Toledo) y Puerto Real (Cádiz). Con la nueva fecha puesta el 31 de mayo de 2021, Airbus ya alertaba de que la crisis de la Covid-19 llegó para quedarse, en materia sanitaria y económica. Preveía la reducción de 15.000 empleos a nivel mundial hasta el verano de 2021.
“Las restricciones en los viajes siguen vigentes, haciendo que la crisis sea más profunda y larga de lo esperado”, preveía la empresa en un comunicado. Con ese mensaje como preámbulo, Airbus escribe esta semana el que será su futuro con más de 2.686 millones de euros en pérdidas hasta septiembre y la caída del 35% en su cifra de negocio.
El plan de futuro se plantea teniendo como base el refuerzo de todo el sector y de sus industrias auxiliares ante el peligro que supondría la caída de Airbus al resto de empresas. Siguiendo el acuerdo alcanzado en julio, se buscará -de nuevo- afrontar la crisis de la Covid-19 para minimizar su impacto laboral pese a la caída de la carga y producción de aviones.
Respecto a las futuras reuniones, cada división mantendrá sus reuniones específicas y monográficas y las conclusiones se recogerán en un encuentro final cuya fecha está pendiente de definir. Al respecto se ha pronunciado CC. OO., sindicato presente en la negociación. Ve crucial definir las cargas de trabajo y la participación de España en los proyectos futuros así como la reubicación de empleados para evitar despidos.
Jubilaciones y bolsa de trabajo
Los resultados de las conversiones entre ambas partes demuestran sus respectivos esfuerzos para consensuar las posibles soluciones. Así se dejó claro en el pasado mes de septiembre cuando pactaron jubilaciones parciales y una bolsa de trabajo para contrarrestar los despidos planteados.
Acordaron medidas excepcionales mientras los sindicatos valoraban que se reconociera la realidad del sector, paralizado ante la caída del turismo a nivel mundial. Con ello, señalaron que las medidas pactadas podrían ser una alternativa viable al ERE, una opción que descartaron tajantemente en un primer momento.
Los trabajadores, organizados a través de los sindicatos, ya expresaron en concentraciones y manifestaciones su negativa al recorte de empleos. Subrayaban entonces que la situación era coyuntural y no estructural, por lo que la producción se reactivará con la mejora de la situación sanitaria y la relajación de las restricciones.
Papel del Gobierno
En todo esto, las organizaciones sindicales siempre han pedido la participación activa del gobierno para paliar los despidos. La voluntad de Airbus de minimizar el impacto de los despidos en España se escenificó en julio con una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Pese al compromiso alcanzado, los sindicatos pidieron al Ejecutivo nacional que vigilara y controlara al gigante aeronáutico europeo para evitar los temidos 1.600 despidos en las áreas de civil y defensa de todas sus plantas españolas. La plantilla confía en que las palabras no queden en papel mojado y no dejen al sector e industria auxiliar en situación crítica.