Uno de las consecuencias más graves derivadas de la pandemia tiene que ver con la incertidumbre. Es complejo determinar una fecha para la recuperación económica, para alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño o para el control de la temida curva de contagios. En este contexto, la sociedad busca aferrarse a certezas de distinto tipo, ya sea de carácter científico o de cifras económicas. En este sentido, también el liderazgo juega un papel esencial.
Durante los primeros meses del confinamiento, diversas empresas lanzaron anuncios con mensajes alentadores y tomaron medidas, relacionadas con su actividad, para intentar aliviar los efectos negativos de la crisis. El perfil de estas compañías se vio reforzado dentro de un panorama inhóspito con un cierto aspecto de líder en plena crisis.
Esta situación, pese a ser excepcional, ha evidenciado una carencia que en España ya se venía arrastrando desde hace un tiempo en este tipo de perfiles. "Estamos ante una falta de referentes abrumadora. Hay una ausencia de élites, en el sentido positivo", analiza Daniel Romero-Abreu, presidente y fundador de Thinking Heads.
En este sentido, el periodo de crisis debe ser aprovechado, explica, para "la creación de un nuevo marco o una suerte de 'contrato social'". Un contexto diferente que pasa por modificar la cultura empresarial y, a mayor escala, avanzar en generar un impacto positivo en la sociedad, lo que se conoce como 'capitalismo humanista' o 'capitalismo responsable'.
El liderazgo resulta, por tanto, clave no solo para la gestión de las empresas, asumir la dirección en momentos de crisis o el impulso de la sociedad, sino también para establecer una gobernanza interna que sirva para optimizar la misma gestión de la compañía.
Liderar en pandemia
El 26 de febrero, el virólogo berlinés, Christian Drosten, lanzó una serie de pódcast que a día de hoy acumula 73 capítulos bajo el nombre de "La actualización del coronavirus". En esta serie, que empezó con una primera entrega titulada "Podemos ralentizar la propagación", el experto explica, con una frecuencia casi diaria, las últimas noticias que la ciencia descubría sobre el coronavirus.
"El liderazgo que está más demandado es el de la credibilidad de conocimiento experto en un tema", comenta el presidente y fundador de Thinking Heads, compañía especializada en el posicionamiento de líderes y empresas. En este sentido, Romero-Abreu lamenta que "en España no hayamos tenido ningún portavoz científico para traducir el conocimiento que hemos tenido de la pandemia".
La clave del éxito de Drosten, apuntan desde Thinking Heads, reside en la capacidad de traducir el conocimiento hipertécnico para una sociedad que busca esa información en cosas concretas: "La gente busca certidumbres, pero no hay que tratarla como si fuera tonta. Es importante empoderar a la gente y el líder tiene que estar para eso".
"No hay un líder para todo"
Romero-Abreu considera que socialmente es posible confundir los liderazgos. Es decir, que se tome en consideración la opinión de una persona para más ámbitos fuera de su área de su conocimiento experto, porque la realidad es que "no hay un líder en todo para todo".
Por ello, cree que existe un problema con una cierta "mentalidad de tertuliano", aquella que afirma “yo de esto no sé, pero...”. Por el contrario, apuesta por impulsar "líderes de pensamiento, de sindicatos, de empresas a fomentar un discurso que tiene que ponerse sobre la mesa".
Necesidad de consenso
"El liderazgo trata a las personas como adultos y responsables", apunta Romero-Abreu, que considera que en España hacen falta referentes con este conocimiento técnico, pero que además apuesten por el consenso, aunque "no esté de moda".
"Tiene que haber espacios con áreas de pensamiento sobre la vida y las cosas, y todos son reflejos de la sociedad", comenta el presidente y fundador de Thinking Heads, y añade que "se crea un ámbito de consenso cuando todos gritan, uno aguanta y habla con calma, y manteniendo ese conocimiento frente a las críticas".
A propósito de esto, Romero-Abreu es claro en el diagnóstico sobre el tipo de liderazgo que hace falta en el país: "España necesita un liderazgo pausado y reposado que busque puntos de consenso, puntos comunes sobre los que construir frente a dividir".
La gestión empresarial ESG
En un paradigma en el que la empresa es un actor que entra en contacto con la sociedad, la legitimidad y sentimiento de conexión es vital. "Las organizaciones no son corruptos o ideales, sino que lo son sus dirigentes, la gente quiere tratar con los líderes", señala Romero-Abreu.
Así pues, es preciso que el tejido empresarial también cuente con una cierta red de trabajadores referentes. "Líder es una persona que tiene seguidores y les influye", definen desde Thinking Heads.
Desde hace unos años, esto se ha visto concretado en las políticas de ESG (gobierno ambiental, social y corporativo), que ahora también han llegado al ámbito de las inversiones. Esto supone un cambio en la cultura empresarial, que se ha visto fomentado con el relevo generacional.
Sin embargo, desde Thinking Heads advierten que este tipo de gobernanza "tiene que estar metida en el sistema, no puede ser un departamento aparte". Por ello apuestan por la incorporación de indicadores para ir registrando el nivel de permeabilidad que va consiguiendo este cambio sistémico.
"El presidente tiene que liderar realmente con propósito. Cuando un líder lidera con propósito es hasta un 30% mejor", apunta Romero-Abreu, y da un paso más al comentar que "los consumidores ya no toleran que una empresa no funcione a través de una serie de valores". En ese sentido, detalla que los cinco pilares clave son el liderazgo, la transparencia, la gestión del líder, comunicación y la ciudadanía.