La recuperación económica se complica y también la del reparto de dividendos en bolsa. La persistencia de la incertidumbre en torno al impacto final de la pandemia en el balance de muchas cotizadas ha obligado a mantener la prudencia en torno al reparto de caja fuerte más allá de lo previsto. El regreso a la ‘antigua normalidad’ se retrasará al menos hasta 2022.
Mientras la recuperación en V se aleja de las posibilidades de la economía mundial -y aún más de la española- también se diluye la probabilidad de que las cotizadas patrias vuelvan a ser tan generosas como acostumbraban antes de que la Covid-19 apareciese en escena. Y no hay que olvidar que en 2020 la retribución a sus accionistas cayó un 48%.
Los analistas de Allianz Global Investors son contundentes al señalar que “los niveles previos a la crisis no se alcanzarán antes de 2022”. Y eso en el mejor de los casos. Las estimaciones de la firma alemana señalan que este año las cotizadas europeas repartirán “aproximadamente” 330.000 millones de euros. Esto supone un 14% más que en el 2020 de la pandemia, pero todavía cerca de un 10% menos que en el ejercicio anterior.
Afinar la selección
El director de inversiones de renta variable de la firma, Jörg de Vries-Hippen, señala que “como muy pronto” habrá que esperar un año más para el regreso a la ‘antigua normalidad’ que desde hace años había encumbrado a la bolsa española como líder en la materia. El experto explica que, sin embargo, habrá “claras diferencias entre sectores”.
Con este aviso a navegantes, vuelve a aparecer la conveniencia de afinar al máximo en la tan predicada selección de valores en estos momentos de incertidumbre. Así, mientras que en las compañías con balances sólidos de sectores como salud y servicios públicos se han producido incrementos de dividendo incluso en plena cresta de la pandemia, De Vries-Hippen advierte de que los valores financieros y las energéticas tendrán difícil incrementar su retribución al accionista.
Bloqueo a la banca
En el primer caso, el de las entidades financieras, la cuestión se vuelve clave para el inversor español de perfil más rentista y conservador, pues no hay que olvidar que el peso del sector es más que destacado en el parqué nacional. Así, mientras que en otras jurisdicciones se ha permitido el regreso a una cierta libertad prudente en cuanto al reparto de caja fuerte entre los accionistas, en la Eurozona se ha limitado esta distribución a un 15% del beneficio.
Desde la institución que ha impuesto la prudencia en la banca de la Eurozona se estima que sus dividendos no superarán en ningún caso los 11.000 millones de euros este año. Estos son los cálculos que este mismo jueves compartió el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, tras recibir las propuestas de las entidades que vigila.
Por lo pronto, los bancos españoles que ya han publicado sus cuentas de 2020 han mostrado su intención de repartir dividendo e incluso han revelado en qué cantidad. En el caso de BBVA, hasta se ha anunciado un programa de recompra de acciones como herramienta para incrementar la retribución al accionista adaptándose a las restricciones impuestas por el BCE.
En lo que se refiere a las energéticas, la necesidad y oportunidad de invertir en la descarbonización de su negocio hace pensar que un reparto de caja fuerte más generoso podría tener que esperar. Además, muchas firmas del sector se preparan para beneficiarse de los fondos que las administraciones de todo el mundo están facilitando para impulsar proyectos innovadores en el sector.
Pendientes de la pandemia
En plena temporada de presentación de cuentas anuales para las cotizadas españolas, los analistas ya han echado sus cuentas. Aunque todo dependerá de la fuerza de la recuperación económica o el recrudecimiento de la crisis por nuevas oleadas de contagios y confinamientos, el consenso de expertos baraja que este año la cifra repartida a los accionistas aún sea, como poco, un 8% inferior al 2019.
No hay que pasar por alto que muchas cotizadas que tenían aprobadas por el consejo de administración sus respectivas propuestas de reparto de dividendo se vieron forzadas a revisar a la baja la cuantía señalada o incluso a echar el cerrojo a su caja fuerte a la espera de tiempos mejores. Una circunstancia a la que incluso la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) respondió con una guía para facilitar el cambio y que las empresas no vieran comprometida su solvencia y liquidez.
Líder pese a todo
A pesar de todas estas circunstancias, la bolsa española se ha mantenido como líder en rentabilidad por dividendo, tal y como aseguró el consejero delegado de BME, Javier Hernani, en el tradicional balance anual de mercados de la sociedad rectora del parqué nacional. Con un rendimiento del 3,5% por este concepto logró salvar una de sus insignias más reconocibles por los inversores de todo el mundo.
Por lo que se refiere a las cotizadas europeas, su rentabilidad por dividendo promedio cayó al 2,75%, cerca de un punto porcentual menos que en 2019. Sin embargo, este porcentaje siguió siendo más que atractivo para muchos inversores en medio de un mercado gobernado por la volatilidad y los tipos de interés en mínimos históricos. No hay que olvidar que muchos bonos soberanos entraron por primera vez en negativo en 2020, entre ellos los españoles.