Este jueves se cerró el proceso de sucesión de Indra con el nombramiento de Marc Murtra como presidente no ejecutivo de la compañía, sin responsabilidad de gestión. Un acuerdo del consejo de administración que llegó después de varios días de críticas por la designación de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), accionista mayoritario.
Una situación que puso en primera línea las voces de diferentes inversores contra la gestión de la SEPI al mando de las empresas con participación estatal, un estilo que está trasladando a las compañías rescatadas a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas.
Las críticas que se hacen principalmente son dos: la primera es la entrada de políticos y expolíticos a la gestión de empresas públicas, algo que nunca ha sido bien visto por los inversores, que consideran que los directivos de las compañías, muchas de ellas cotizadas, deben responder a un perfil técnico.
La segunda tiene que ver con los procesos de selección de estos ejecutivos. Bancos de inversión, como han indicado en algunos informes que han circulado recientemente por los despachos de analistas e inversores, critican que muchos de estos nombramientos no se hayan hecho acorde con las buenas prácticas de gobierno corporativo.
En una empresa cotizada, lo normal es realizar un proceso de selección mediante la contratación de un headhunter, que comienza a tantear el mercado en búsqueda del mejor perfil profesional para el cargo.
Lucena en AENA
Después de algunas semanas, este reclutador, que está en permanente contacto con la comisión de nombramientos del respectivo consejo de administración, deberá sugerir al menos una terna de candidatos para el puesto en cuestión.
Otro elemento importante de la gobernanza es que dentro del proceso se suele incluir a un miembro del equipo actual que pueda competir en igualdad de condiciones con candidatos externos.
En el caso de la SEPI este proceso no se ha respetado del todo. La sociedad estatal suele imponer a sus candidatos sin otras alternativas para el consejo de administración, que controla en su condición de accionista mayoritario. Una política que ya ha comenzado a trasladarse a las empresas rescatadas.
En julio de 2018 se produjo uno de los primeros nombramientos tras la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa. Maurici Lucena llego a AENA y su designación pasó por la comisión de nombramientos de la empresa pública, pero sin más candidatos que el propio Lucena.
El directivo fue desde diciembre de 2012 hasta octubre de 2015, diputado y portavoz del grupo parlamentario socialista en el Parlamento de Cataluña, tras ser elegido como número dos de la lista del PSC por Barcelona en las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2012.
El caso de Hispasat
Fue además miembro del Grupo de Expertos de Pedro Sánchez para las elecciones generales de 2015, como responsable de política industrial y competitividad. En las últimas elecciones catalanas el candidato del PSC, Salvador Illa, le fichó como vicepresidente económico en el caso de haber sido elegido president de la Generalitat, algo que finalmente no ocurrió.
Lo mismo pasó con Jordi Hereu e Hispasat en octubre de 2020. La SEPI hizo valer su 7,4% en el capital para imponer al exalcalde de Barcelona, también del PSC. Tampoco existieron otros candidatos alternativos, o al menos no se presentaron al consejo de administración de manera formal.
Desde 1999 ha ocupado diferentes cargos en el Ayuntamiento de Barcelona, desempeñando sus funciones como concejal del distrito de Les Corts hasta 2004, y como concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona hasta 2006. Tras dos años en este último cargo, Jordi Hereu fue nombrado quinto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y de 2006 a 2011 fue alcalde de Barcelona.
En febrero de 2020, Beatriz Corredor fue designada presidenta de Red Eléctrica de España (REE), aunque con el mismo procedimiento. Anuncio a la prensa para posteriormente llevar al comité de nombramientos y al consejo de administración su designación. La SEPI en este caso tiene el 20% del capital.
En 2003 se afilió al PSOE, por el que fue concejal del Ayuntamiento de Madrid y fue ministra de Vivienda durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2010. También ha ocupado los cargos de presidenta de la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES) y consejera de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS).
Duro Felguera y Air Europa
Ya en empresas rescatadas, la SEPI carece de un criterio común. En algunas aprueba el rescate con la condición de entrar en los consejos de administración y en otras simplemente aporta el dinero y se asegura de que se pueda devolver.
En este sentido, hay dos casos claros. La SEPI ha impuesto al consejero de Duro Felguera, Jaime Argüelles, tras aprobar un rescate de 120 millones de euros, y además sin que la cotizada realizara ningún proceso público de selección de este directivo.
Algo similar pasó en el caso de Air Europa, donde la SEPI pactó con Iberia el nombramiento de Valentín Lago como nuevo consejero delegado después de que esta aerolínea recibiera un rescate público de 475 millones de euros.
Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la designación de Marc Murtra en sustitución de Fernando Abril-Martorell. Desde Indra se defiende que en todo momento se respectaron los procesos de selección pertinentes y que se siguieron los pasos que la gobernanza requiere.
Algunos miembros del consejo de administración de Indra criticaron el perfil político de Murtra, en su condición de cercano al PSC y de miembro del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque la empresa contrató a Spencer Stuart y, de hecho, se nombraron como CEO a los otros dos candidatos que acompañaron a Murtra en la terna de candidatos, el proceso quedó salpicado por la idea inicial de que el nombramiento estaba teledirigido por la SEPI.
Nombramiento en Indra
Las fuentes consultadas concuerdan en que en este tipo de nombramientos en las empresas dependientes de la SEPI siempre se ha repetido el mismo patrón: primero se anuncia a la prensa el candidato del Gobierno y luego se traslada la propuesta a los respectivos consejos de administración. Esto ha empañado muchos procesos como el de Indra, pese a que se han realizado con todas las garantías.
Por otro lado, se da por hecho de que los presidentes de las empresas participadas por la SEPI deben ser nombrados por los gobiernos de turno, algo que en los inversores nunca ha sentado bien. Insisten en que los directivos, en especial de cotizadas, deben ser los mejores técnicos y gestores y aunque no dudan de que en el mundo político puedan encontrarse candidatos, un proceso transparente y con miembros de la empresa privada debería ser lo idóneo.
Precisamente, en el reciente nombramiento de Indra se ha producido un punto de inflexión. El mercado, los expertos y los inversores han dado la vuelta a un nombramiento que parecía realizado a dedo, pero que se ha convertido en un buen ejemplo de lo que debe realizarse con la separación de los poderes.
Por un lado, la representación institucional en manos del nuevo presidente no ejecutivo, Marc Murtra, con especial atención en la gestión de fondos europeos, y por otro, la gestión técnica y del día a día en manos de los dos nuevos CEO: Ignacio Mataix y Cristina Ruiz.
Una decisión que el mercado premió con subidas de casi el 2% en la jornada de ayer, tras una caída del 14% acumulado desde que se conociera la salida de Fernando Abril-Martorell el pasado viernes.