United Airlines, una de las mayores aerolíneas estadounidenses, anunció este miércoles que va a despedir de la empresa a casi 600 trabajadores que han "decidido" no vacunarse según su política contra la Covid-19, una de las más estrictas entre las empresas del país.
En un mensaje interno enviado este martes por los máximos ejecutivos a la plantilla y compartido hoy con Efe, United Airlines señala que más del 99 % de sus 67.000 empleados se han vacunado siete semanas después de poner en marcha su política de vacunación, reconociendo que algunos eran "reacios" y otros han pedido exención.
"Por último, para el menos del 1% de la gente que ha decidido no vacunarse, desafortunadamente empezaremos el proceso de separación de la aerolínea de acuerdo con nuestra política", dijeron el consejero delegado, Scott Kirby, y el presidente, Brett Hart, en una nota para dar "gracias" a la mayoría de trabajadores. De acuerdo a un portavoz, la medida afecta a 593 personas.
United Airlines requirió a principios de agosto que toda su plantilla estadounidense se vacunara en las siguientes semanas o afrontara un despido, pero aceptó exenciones por salud o motivos religiosos que ya le han costado al menos una demanda, señala la nota, sin especificar su contenido.
Los ejecutivos agradecieron el "activismo público" de los empleados que han "convencido" a otros a vacunarse y consideraron que han evitado posibles ingresos en el hospital o "incluso la muerte", mencionando que la pandemia "mata a 2.000 personas diarias, un incremento del 65% en los últimos 30 días".
United Airlines es una entre varias compañías, como Tyson Foods, Walmart o las grandes tecnológicas, que han impuesto mandatos entre sus trabajadores, pero posiblemente es la más estricta, ya que a diferencia de las demás no propone hacerse pruebas frecuentes de Covid-19 como alternativa al pinchazo.
Otras aerolíneas del país se han mantenido al margen y no han impuesto a sus empleados vacunarse, aunque Delta Airlines ha buscado incentivarlo subiendo la prima del seguro médico para quienes estén suscritos a su plan y no lo hagan, alegando que las hospitalizaciones suponen un alto coste.