Pese al complejo contexto internacional por los problemas de suministro y la crisis energética, Nissan ha batido las expectativas con sus resultados presentados este martes. La compañía ha ganado 54.100 millones de yenes (413 millones de euros) durante el segundo trimestre de su año fiscal (julio y septiembre). Un dato con el que da por zanjadas las pérdidas que tuvo en 2020 como consecuencia de la pandemia.
En lo que llevamos de año (hasta septiembre), el fabricante de vehículos ha ganado 168.600 millones de yenes (1.288 millones de euros). Mientras, ha registrado un beneficio operativo de 139.100 millones de yenes (1.063 millones de euros) en estos dos trimestres, lo que contrasta con las pérdidas comentadas del año anterior.
En ventas ha alcanzado los 3,95 billones de yenes (30.209 millones de euros al cambio) con 954.000 unidades vendidas hasta el 30 de septiembre.
La compañía ha explicado que, aunque el volumen de ventas fue menor que el esperado por la falta de semiconductores, los costes fijos y de venta han descendido al tiempo que las ventas han sido de mayor valor en cada mercado. Esto se ha traducido en un mayor beneficio por unidad.
Con este punto de partida, el fabricante ha destacado que continúa ejecutando su plan de transformación.
Tras anunciar estos datos, la compañía ha triplicado sus previsiones de beneficio neto para el año fiscal que termina en marzo hasta los 180.000 millones de yenes (1.370 millones de euros).
Esto no significa que sea ajena al difícil contexto internacional, dado que ha rebajado a 8,8 billones de yenes (casi 68.800 millones de euros) los ingresos por venta esperados, un 9,7% menos, debido a las reducciones de producción.
Las principales razones para mejorar la revisión de beneficios se deben a la llegada de nuevos modelos y la mejora del rendimiento del sector de ventas financiadas, cuyos efectos positivos superarán al impacto negativo de la reducción de ventas.