Los amantes del jamón ibérico tienen la posibilidad de disfrutar de su sabor a través de un caramelo y, además, los veganos están de enhorabuena porque podrán volver a saborear este manjar de 'pata negra'.
El artífice de esta proeza es Miguel Gallegos, vecino de Pampaneira, un municipio de la Alpujarra granadina que apenas supera los 300 habitantes. El caramelo de jamón ibérico es el producto estrella de su despacho de dulces, aunque también ofrece otras opciones como caramelos con sabor a queso, corteza de pan, castañas, miel alpujarreña, higos, vino dulce o moscatel.
La idea de crear golosinas de 'pata negra' surgió después de que un cliente entrara en el obrador y observara cómo fabricaban piruletas de fresa. El visitante comentó que parecían de jamón por sus colores blanco y rosa, según ha explicado a EL ESPAÑOL-Invertia el creador de los caramelos.
Poco después, Gallegos pidió a sus proveedores de confianza varios saborizantes y empezó a hacer pruebas hasta dar con el actual caramelo de jamón serrano. Este dulce redondito cuenta con dos tonalidades para asemejarse al veteado del jamón.
Los caramelos son aptos para veganos y vegetarianos porque solo cuentan con azúcar, agua, glucosa y saborizante.
Próximo reto: el plato alpujarreño
El próximo reto será condensar en una bolsita de caramelos todos los sabores del plato alpujarreño. Consiste en un combinado de patatas, huevos fritos, jamón serrano, longaniza y lomo, que obviamente puede acompañarse de pan y un poco de vino.
La idea de Gallegos es crear una bolsa surtida con un caramelo con el sabor de cada alimento, para que el cliente pueda saborear, de uno en uno, las delicias del plato de la Alpujarra granadina. "Estoy haciendo pruebas por el momento", asegura.
Su tienda, La Fábrica de Caramelos, produce unos 20 kilos al día. El de jamón ibérico se lleva la palma y acapara el 80% de la producción. Un aliciente para disfrutar de estos dulces es su precio: 1,50 euros la bolsa de 100 gramos.
Todos y cada uno de los caramelos los elabora artesanalmente Gallegos. La tienda cuenta con una única empleada, que se encarga de la venta y de otras tareas como el etiquetaje y el envasado de productos.
Desde su despacho en Pampaneira, los caramelos han volado a muchos otros países en los bolsillos de los turistas que visitan esta localidad granadina. Ya se ha convertido en un clásico en el pueblo y su tienda es visita obligada. "Antes de la pandemia teníamos mucho turismo en la Alpujarra, venían sobre todo franceses, ingleses y polacos", explica.
En tiendas gourmet
En La Fábrica de Caramelos han decidido diversificar el negocio y venden también 55 tabletas diferentes de chocolates así como garrapiñadas de frutos secos.
Los caramelos siguen siendo el plato fuerte de este negocio y se venden también en doce tiendas gourmet, muchas de ellas en municipios vecinos como Lanjarón, Almuñécar o Granada capital. También se pueden encontrar en Huelva, Galicia o Barcelona.
Quienes se hayan quedado con el antojo de alguno de estos caramelos pueden comprarlo también en la tienda online de La Fábrica de Caramelos y recibirlos en unas 48 horas, aproximadamente.