La CEOE ya vela armas para las próximas negociaciones que tiene con el Gobierno y los sindicatos: la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) y el acuerdo interconfederal de negociación colectiva (ANC). Lo hace, además, después de que sus principales responsables se hayan conjurado para respaldar a su presidente, Antonio Garamendi, tras las críticas de algunos integrantes al acuerdo firmado para la reforma laboral.
Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia recuerdan que en la patronal se respeta la voluntad de la mayoría, y eso es lo que va a ocurrir ahora. "Hubo tan sólo cuatro abstenciones al acuerdo con Gobierno y sindicatos para reformar el mercado de trabajo; en su momento ya explicaron los motivos y ahora toca mirar hacia adelante", explica una de ellas.
El motivo de que hubiera un respaldo mayoritario, y no unánime, fue el temor a que una “regulación unilateral” no acordada pudiera salir adelante y con un contenido mucho más lesivo para los intereses de la patronal. Ahora bien, esas mismas voces explican que lo ideal hubiera sido aprovechar estas negociaciones para avanzar en lo que los empresarios llaman modernizar el mercado laboral.
Sin críticas
Así que nada de críticas a Garamendi, y mucho menos plantear debates sobre la manera en la que se han llevado a cabo las negociaciones. Todo lo contrario, explican. Ahora toca centrarse en lo que está por venir: lo primero, ver qué sucede en el Congreso con la reforma laboral. Lo segundo, sentarse a negociar el salario mínimo y, en paralelo, el ANC.
La primera gran cita será el SMI, ya que debe acordarse antes de que termine el mes para que pueda aplicarse con efectos desde el 1 de enero. Todo apunta a que la primera reunión se podría celebrar esta misma semana. Y aquí las posturas están claramente enfrentadas. Gobierno y sindicatos, por un lado, y la CEOE, por el otro.
Buena parte de los miembros de CEOE insisten en que en plena recuperación no es momento para volver a incrementar los costes. Es por ello por lo que se espera que haya bastante resistencia por parte de los empresarios a aceptar las condiciones que plantee el Gobierno.
Desde el Ministerio de Yolanda Díaz aseguran que van a seguir la hoja de ruta diseñada por el grupo de expertos este verano: subir el SMI de los 965 euros mensuales en 14 pagas a los 996. Muy cerca de los 1.000 euros que exigen, como mínimo, los sindicatos que han amenazado con llevar a cabo movilizaciones si no se da respuesta a esta reclamación.
Habrá que esperar a las mesas de negociación. Pero también hay quien considera que lo ideal sería lograr cerrar las subidas de cara a los dos próximos años. De hecho, ese sería el compromiso alcanzado con el departamento de Yolanda Díaz en septiembre pasado para volver a sentarse en la mesa de negociación del SMI.
En aquel entonces la CEOE dijo 'no', pero sí se comprometió a negociar la hoja de ruta a futuro. Sobre todo porque parece que el equipo de negociadores ya está convencido de que el Gobierno va a cumplir sí o sí con su hoja de ruta. Se trata, por tanto, de minimizar los daños en la medida de lo posible.
Las fuentes consultadas reconocen que, cuando se pactó negociar los dos próximos años, en el seno de la patronal se daba por hecho que la negociación de la reforma laboral ya estaría cerrada y acordada. Sin embargo, el retraso a la hora de conseguir el acuerdo ha hecho que la estrategia inicial haya tenido que cambiar.
Sin embargo, hay quien considera que precisamente la tramitación de la reforma laboral en el Congreso es la clave de la negociación para Antonio Garamendi. No se descarta que el equipo negociador utilice su respaldo a la reforma laboral como moneda de cambio en torno al SMI. Es decir, o se mitigan los perjuicios para las empresas o se retira el apoyo a la reforma laboral.
El ANC
Una estrategia que se podría mantener también en las reuniones con los sindicatos sobre el ANC. En él se establece la hoja de ruta de las negociaciones colectivas en las empresas, así como las bases para los aumentos salariales en los años venideros.
El objetivo es cerrar un acuerdo de cara a 2022, 2023 y 2024. Tras ceder en la reforma laboral, los sindicatos esperan que los de Garamendi se muestren rocosos también en esta cuestión.
Estos son los asuntos inmediatos, pero no los únicos que el Diálogo Social debe negociar a lo largo de este año. Está pendiente la segunda pata de la reforma de las pensiones, en la que hay un asunto importante para la patronal: el destope de las cotizaciones máximas, que en principio cuenta con el ‘no’ de la CEOE.
En medio de todas estas negociaciones llegará también el tiempo de elecciones en la CEOE. Antonio Garamendi termina mandato y los patronos tendrán que elegir nuevo líder. Por ahora, el presidente no ha dicho si se presentará o no a la reelección (aunque se da por hecho), pero lo que sí dejan claras las fuentes consultadas es que en este momento nadie piensa en el calendario electoral.
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