Ferrovial se marcha de España con cierto resquemor. La multinacional controlada por la familia Del Pino, que este viernes comienza a cotizar en Ámsterdam, ofrece en su folleto de salida a Bolsa enviado al regulador holandés, una visión algo pesimista de la economía española, recordando incluso el riesgo a que vuelvan a registrarse en el futuro tensiones soberanistas en Cataluña.
"En España", afirma Ferrovial en su folleto, publicado hoy jueves, "siguen existiendo una serie de preocupaciones respecto a la economía". Aunque el grupo indica que, en los últimos años, "España ha avanzado en el control del déficit público y la corrección de los desequilibrios económicos (...)", advierte que el conflicto en Ucrania y la crisis derivada de la pandemia han provocado "un deterioro significativo de las condiciones económicas del país".
En la actualidad, señala la compañía, "la inflación es la principal preocupación de los españoles". El grupo informa sobre datos de inflación de finales del pasado año, "con la tasa de variación anual del IPC aumentando un 5,7% en diciembre de 2022 en comparación con los niveles de 2021", a pesar de que esta misma semana el Instituto Nacional de Estadística ha informado que el IPC en mayo se situó en el 3,2%. Además Ferrovial añade que es "probable" que las tasas de inflación "se mantengan en niveles relativamente elevados en un futuro".
[La economía española va como una moto averiada]
La constructora no parece considerar que la economía española vaya "como una moto", tal y como ha manifestado recientemente el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Todo lo contrario, la economía española camina hacia el crecimiento cero.
"En 2022 el PIB español se desaceleró", recuerda Ferrovial, "con incluso peores previsiones de crecimiento para los años 2022 (1,6%), 2024 (2,3%) y 2025 (2,1%), apuntando hacia un estancamiento del crecimiento económico", advierte.
La economía española, cuenta Ferrovial en su folleto, "es especialmente sensible a las condiciones económicas de la Eurozona, y cualquier caída en la actividad económica europea podría tener un efecto adverso en el crecimiento de la economía (...)".
Además, añade el grupo, la economía del país puede verse afectada por "un aumento de la incertidumbre política en España, incluido cualquier recrudecimiento de las tensiones políticas y sociales en Cataluña (...)".
[Ferrovial presenta sus últimos resultados con sede en España elevando los ingresos]
Nada que ver la imagen que dibuja Ferrovial de la economía española con la de Países Bajos. A la hora de explicar los motivos del traslado, la compañía indica que espera que la "constante solidez y estabilidad económica de los Países Bajos", se traduzca en una menor volatilidad de sus direrenciales.
Ferrovial espera que al estar en Países Bajos pueda atraer "talento internacional", fomentar "el reconocimiento a nivel internacional" y facilitar el acceso "a una mayor base de inversores (...)". La cotización en Ámsterdam, al mismo tiempo que en España, permitirá al grupo, en los próximos meses, cotizar en Estados Unidos.
Ferrovial admite que la decisión de trasladar su sede de Madrid a Ámsterdam puede dañar su imagen en España.
La operación "podría tener un impacto negativo en la imagen corporativa en España, lo que, a su vez, podría tener un efecto material adverso en la posición competitiva del grupo y, a su vez, en el precio de cotización de sus acciones (...)".
También apunta que las autoridades fiscales españolas podrían "considerar que la fusión queda fuera de la protección del Régimen Especial de Neutralidad Fiscal, lo que podría tener un efecto material adverso en el negocio (...).
Ferrovial, que ha soportado desde el pasado 28 de febrero, cuando anunció su decisión de trasladar su sede a Ámsterdam, críticas y ataques personales de miembros del Gobierno español, estima un coste de 20 millones de euros en el cambio a Países Bajos.