Suiza acusa a la 'amiga uzbeka' de Joan Laporta de ser la jefa de una gran organización criminal
Laporta facturó a través de su despacho 10 millones por asesorar a la mayor empresa de Uzbekistán, controlada por Gulnara Karimova.
29 septiembre, 2023 13:26La Justicia suiza acusa a Gulnara Karimova, hija del dictador Islam Karimov, anfitriona de Joan Laporta en sus viajes a Uzbekistán hace más de una década, de ser la jefa de una gran organización criminal internacional.
La conocida como 'princesa de Uzbekistán', investigada desde 2014, de 51 años, está acusada en Suiza de haber saqueado cientos de millones de euros de su país y de haber sobornado sistemáticamente a empresarios y funcionarios en todo el mundo; también, de haber tratado de blanquear una fortuna a través de bancos suizos.
La Fiscalía suiza califica al conglomerado empresarial Zeromax, controlado por Karimova, como "la oficina", a través de la cual se llevaban a cabo actividades delictivas, recurriendo a la violencia y a la intimidación, como modo de operar. La acusación fue presentada formalmente ayer jueves por la tarde en el Tribunal Penal Federal Suizo, en Bellinzona.
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Según ha publicado el diario Financial Times, la acusación suiza afirma que a través de Zeromax se controlaban más de un centenar de empresas que aparentemente operaban en negocios lícitos, pero que en realidad eran utilizadas para llevar a cabo actividades delictivas.
Zeromax fue la compañía con la que Joan Laporta facturó más de 10 millones de euros, a través de su despacho de abogados, entre 2008 y 2010, año en el que la empresa uzbeka colapsó provocando la mayor quiebra empresarial del país.
El periodista John Carlin contaba en un reportaje publicado en El País a mediados de 2010, que el primer viaje de Laporta a Tashkent, la capital de Uzbekistán, fue en agosto de 2008, y que tanto en esa visita como en otras posteriores, Gulnara Kurinava fue su anfitriona.
Como presidente del FC Barcelona, Laporta firmó en su primera visita un acuerdo de hermandad con el equipo de fútbol más importante del país, el Bunyodcor, también controlado por Zeromax y Kurinava.
El equipo uzbeko pagó cinco millones de euros a cambio de la celebración de dos partidos amistosos con el FC Barcelona, y otros tres millones por las visitas que los jugadores Messi, Iniesta y Puyol hicieron a campamentos de fútbol en el país.
En esa época, la dictadura de Uzbekistán ya era conocida por su violencia -se demostró a principios de siglo, por ejemplo, que dos personas represaliadas por el régimen fueron hervidos vivos-. En 2005, la represión de una manifestación se saldó con cientos de hombres, mujeres y niños muertos.
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A pesar de que el FC Barcelona portaba entonces en su camiseta el logo de Naciones Unidas, Laporta firmó contratos millonarios con el país. También trató en 2009, a través de su despacho, de intermediar en una supuesta compra del Real Club Deportivo Mallorca por parte de Zeromax, recordaba El País en su información de 2010.
Laporta fue demandado por un representante de jugadores que aseguró haber sido el intermediario del presidente del FC Barcelona con Uzbekistán. Laporta reconoció en el juicio por esa demanda, celebrado en 2011, que, a través de su despacho, había cobrado 10 millones de euros por asesorar a un presunto magnate uzbeko, que en realidad sería un hombre de paja de Gulnara Kurinava. La demanda fue desestimada.
Con la muerte, en 2016, del dictador Islam Karimov, Karimova perdió protección e influencia y en 2017 fue condenada por malversación de fondos en Uzbekistán. Hasta hace poco, Karimova había conseguido evitar ser investigada en Suiza gracias a la inmunidad diplomática que le otorgaba por sus funciones en la ONU, en Ginebra.