Su identidad permanece por ahora en secreto para no perjudicar las opciones de la compañía, aunque sí se sabe ya que se ha comprometido a mantener unos 100 trabajadores y hasta 21 de las tiendas abiertas si se hace con la compañía, señalan a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes cercanas al proceso. 

Es decir, se conservarían en torno al 36% de los empleados actuales y casi el 40% de los establecimientos de la firma de zapatería, que ha atravesado tres concursos de acreedores y tres expedientes de regulación de empleo desde el año 2020.

[Marypaz, condenada por despido improcedente de una trabajadora incluida en ERE]

El pretendiente ha enviado ya los detalles de su propuesta al Juzgado de lo Mercantil de Sevilla, donde se dirimirá el futuro de la empresa andaluza, acuciada por "el deterioro en la demanda de sus productos y el aumento de pérdidas económicas", según recoge la documentación preceptiva que acompaña al procedimiento de ERE.

Las alarmas sobre la situación de Marypaz se encendieron oficialmente en mayo, con la solicitud de concurso de acreedores de la firma, pero han alcanzado otra categoría a principios de este mes, cuando se abrió el periodo de consultas del ERE concursal.

Agosto, mes clave

Así las cosas, agosto se presenta como crucial para los trabajadores. Desde CCOO se subraya a este periódico que será en éstas próximas semanas cuando se afrontará una ardua negociación con tres objetivos esenciales: salvaguardar el máximo empleo posible, velar por aquellos que eventualmente se integren en la nueva empresa -en caso de que prospere la oferta- y finalmente defender que quienes salgan de Marypaz lo hagan en las mejores condiciones económicas posibles.

La última crisis de la marca sevillana llega dos años después de cumplir medio siglo de vida. En su momento de mayor esplendor, la marca de calzado low cost llegó a ostentar más de 400 tiendas y facturar 140 millones de euros.

Son cifras de 2013. En 2016 aparecieron los problemas: entró y salió de un concurso de acreedores que duró solo 83 días y se saldó con la entrada de Black Toro Capital, que llegó con 10 millones de euros a modo de primera inversión. 

Pero el optimismo no duró. En 2019, Marypaz afrontó otro concurso con apenas un único inversor interesado en adquirirla. Era Crocea Mors, una firma también sevillana que fue la encargada de reducir de nuevo la estructura a resultas del golpe de la Covid un año después.

En total, la estructura de tiendas se redujo entonces en un 60%, pasando de las 125 al medio centenar, en tanto que la plantilla disminuyó en 300 personas tras dos ERE. En 2023, la empresa rozó los 30 millones de facturación, un 10% menos que el año anterior. Fue entonces cuando la situación empezó -de nuevo- a preocupar en serio.