Día de la Energía 2025: una cita para recordar el compromiso con las renovables

Puede resultar redundante que, en un contexto en el que la sociedad está cada vez más concienciada acerca de la necesidad de apostar por fuentes de energía renovables, se celebre una fecha como la de este 14 de febrero, el Día de la Energía. Se trata, no obstante, de una oportunidad que sirve para poner en valor todo el trabajo que están realizando las partes implicadas en este proceso para maximizar la eficiencia medioambiental en todos los sectores, poner en común iniciativas y soluciones que profundizan en estas estrategias y, por supuesto, hacer pedagogía sobre los beneficios y la conveniencia de apostar por un mix energético plenamente descarbonizado.

Esta jornada sirve también para medir cómo ha evolucionado la sociedad en este ámbito. Fue en 1949 cuando la ONU instauró este Día de la Energía que, ya entonces, alertaba sobre la importancia de hacer un uso responsable y eficiente de los recursos. Por aquel entonces, aún quedaba lejana la realidad del cambio climático en la que vivimos hoy, pero la vocación de incidir en fuentes de energía menos contaminantes ya estaba sobre la mesa para evitar el deterioro de los entornos naturales y de la salud del planeta.

Por eso, todo este paradigma se ha posicionado como un asunto primordial al que esta jornada ayuda a poner en contexto y al que Veolia, como referente mundial de la transformación ecológica, está contribuyendo significativamente a través de sus soluciones innovadoras en los ámbitos del agua, los residuos y la energía.

Concienciación global

Este campo, el energético, es clave para entender la gran transformación que está viviendo el planeta a todos los niveles, dado que el objetivo de descarbonización de la economía pasa, en gran parte, por la apuesta por las renovables en el marco de la energía. Descarbonizar supone reducir las emisiones de carbono que expulsamos a la atmósfera. Estas emisiones, principalmente de dióxido de carbono, se producen en gran medida por la quema de combustibles fósiles y tienen que ver con la actividad humana y con la forma en la que producimos la energía.

En España, este proceso de descarbonización está plenamente en marcha. De hecho, nuestro país está entre las naciones con un mayor desarrollo en este campo: en 2021, por ejemplo, solo con el aporte del viento y del sol se cubrió un tercio de toda la producción (datos de Red Eléctrica Española). Son cifras, además, que se incrementan año a año a medida que se ponen en marcha nuevas plantas de generación de este tipo.

La Agencia Internacional de la Energía recoge este y otros parámetros que ayudan a vislumbrar la situación actual y extraer algunas conclusiones que anticipan las ventajas de las renovables frente a los combustibles de orígen fósil. Una de ellas es el precio, notoriamente inferior al de la energía tradicional por provenir de fuentes naturales. Si su peso en el mix energético ya se nota en la factura, el informe ‘World Energy Outlook’ publicado por la agencia augura que lo haga aún más a medio plazo.

El económico es uno de los beneficios, pero ni el único ni el más trascendente para el planeta. Este informe indica que la producción actual de energías procedentes de fuentes no renovables están detrás de buena parte de las emisiones globales, por lo que cambiar esto es un pilar ineludible para afianzar prácticas más sostenibles y que ayuden a paliar el cambio climático y sus consecuencias: temperaturas más elevadas que en décadas precedentes, fenómenos meteorológicos extremos y, en general, una amenaza tanto para los ecosistemas como para la administración de los recursos.

GreenPath, la oferta de descarbonización de Veolia

Por eso, Veolia está haciendo mucho hincapié en soluciones técnicas para acelerar y acompañar a sus clientes en sus respectivos procesos de descarbonización frente al desafío que representa el cambio climático. Esta oferta, que incluye más de un centenar de opciones, es lo que la compañía denomina GreenPath.

El valor añadido de las propuestas de GreenPath viene dado por la experiencia y el conocimiento de Veolia, trasladados a un servicio que se adapta a todas las necesidades de sus clientes. Se trata de una cartera de soluciones disponibles tanto para industrias como para administraciones públicas y actores del sector terciario. Con ella pueden no solo cumplir con la normativa vigente sino, como destaca la compañía, “anticiparse y adaptarse a los objetivos medioambientales sin perder rentabilidad ni competitividad”.

Además, Veolia también pone a disposición de sus clientes el Hubgrade. Se trata de un ecosistema de soluciones digitales de referencia que aprovecha todo el potencial que ofrece el análisis de datos para implementar mecanismos de supervisión, optimización y sistemas predictivos para la gestión del agua, los residuos y la energía.

En el Hubgrade también tiene un rol esencial la inteligencia artificial como una apuesta por la tecnología que redunda en la personalización de soluciones y, de alguna manera, en la consolidación de sinergias con las diferentes empresas que lo usan. Y es que gracias a este catálogo de opciones se puede optimizar tanto la producción como el uso de la energía, velando por los recursos pero también por la eficiencia en favor del medio ambiente. Además, por su propia naturaleza es posible monitorizar en tiempo real el rendimiento de estos servicios para dar una respuesta ágil y operativa ante cualquier eventualidad.

En España, los centros para la gestión energética, de agua industrial y de residuos gestionan más de 2.500 instalaciones a distancia, logrando un ahorro de 1,5 millones de euros al año y evitando la emisión de 164.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

Tecnalia, un caso de éxito

Uno de los referentes que inició en 2021 su camino hacia la descarbonización de la mano de Veolia es Tecnalia, el mayor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico de España y un referente en Europa. El proyecto de colaboración se enmarca en el contexto de la Ley Vasca de Sostenibilidad 4/2019, que establece para las administraciones públicas del País Vasco objetivos ambiciosos: una reducción del 35% en la demanda de energía y la utilización de un 32% de energía de origen renovable en edificios. Además, dentro de su estrategia de descarbonización, Tecnalia se ha comprometido a ser 100% neutra para los alcances 1 y 2 hasta el año 2024, y para todos los alcances (1, 2 y 3) para el año 2030.

Tecnalia ha llevado a cabo un salto cualitativo en las tecnologías de producción energética de todos sus edificios.

Tecnalia, que cuenta con más de 1.500 personas cuya labor es colaborar con empresas e instituciones para mejorar su competitividad, como entidad privada no tenía obligación de cumplir con estos requisitos. Aun así, la fundación demostró su liderazgo en sostenibilidad cuando se comprometió voluntariamente con estos objetivos. Además de cumplir con la Ley de Sostenibilidad vasca, se realizaron inversiones significativas en tecnologías de producción energética avanzadas y se implementó un modelo de seguimiento detallado de consumos en sus 13 edificios distribuidos en tres territorios. En tan solo dos años la fundación logró cumplir con los criterios establecidos por la Ley 4/2019, obteniendo la certificación de sostenibilidad para todos sus edificios.

Este logro convierte a Tecnalia en la primera organización de Euskadi en cumplir estos requerimientos, adelantándose seis años al plazo establecido para la Administración Pública, fijado en el horizonte 2030. Este caso pone de manifiesto la importancia de la colaboración entre entidades privadas para caminar de manera conjunta hacia la transformación ecológica, que ha hecho posible la consecución de esos objetivos en un plazo tan breve. Tecnalia contó con la experiencia de Veolia en eficiencia energética y energías renovables para liderar el cambio sostenible, convirtiéndose en referente para otras organizaciones tanto en el País Vasco como en el resto de España.