
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea EFE
España gastaría 30.000M en Defensa en 20 meses y sus empresas recuperarían 9.000 según el 'plan Von der Leyen'
El sector estima un negocio anual de 180.000 millones en Europa, con Navantia e Indra como los representantes españoles mejor colocados lejos de los gigantes comunitarios.
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La aplicación del plan Von der Leyen de 800.000 millones de euros para financiar inversiones en defensa europea en los próximos años implicará que cada país comunitario tendrá que elevar lo que destina a esta partida en un 1,5% de su PIB respecto a su situación actual.
Esto supone que España tendrá que superar los 30.000 millones anuales (frente a los 21.000 previstos para 2025) de gasto en defensa y llegar a los 40.000 millones a medio plazo. Es decir, en unos 20 meses.
El anuncio ha sido recibido con escepticismo por empresas y expertos en la industria de la Defensa. Con las cifras de la estrategia de la Comisión Europea, estiman que el negocio anual en armamento en Europa se elevará a los 180.000 millones, frente a los 159.000 millones de 2024.
Von der Leyen propone movilizar "cerca de 800.000 millones" para la defensa en la UE
Pero si observamos los datos de facturación en defensa de grupos como Indra, Navantia, Thales, Escribano o Sapa (casi el 80% del mercado español), fuentes empresariales consultadas advierten de que, como mucho, se podría aspirar a cerca del 5% de ese negocio anual. Es decir, unos 9.000 millones de euros.
Unos movimientos que llegan después de que Estados Unidos haya decidido salirse del bloque que apoya a Ucrania y amenace constantemente -incluso con dejar la OTAN- si el resto de los socios -sobre todo los de la UE- no aumentan su aportación más allá del 2% del PIB.
Esto ha obligado a la Comisión Europea a preparar una financiación nunca vista para estar a la altura de los 848.000 millones de dólares de los americanos y tener opciones de defender a Ucrania ante Rusia, incluido el envío de tropas.
En cualquier caso, se trata de cifras dependientes de los grandes acontecimientos geopolíticos y de un mercado en el que las grandes partidas se corresponden a programas plurianuales.
De hecho, el plan de rearme anunciado por Von der Leyen se discutirá este jueves en Bruselas por todos los líderes europeos y contempla opciones aún no ratificadas, como el establecimiento de un fondo de 150.000 millones para compras conjuntas de la UE (casi diez veces más que el año pasado) para defensa aérea, antimisiles, artillería, drones y movilidad militar.
Todo apunta a que serán los gigantes del sector, como la alemana Rheinmetall (con capital americano), la matriz francesa de Thales, el consorcio europeo Airbus Defense and Space, la italiana Leonardo (recientemente aliada con capital árabe) o la británica MBDA, que fabrica misiles para toda Europa, los que se llevarán la gran parte del pastel.
En la industria militar española, Navantia e Indra son los dos líderes del sector, ambos controlados por el Estado y con permiso de Santa Bárbara, que pertenece al gigante americano General Dynamics.
Navantia mantiene grandes contratos con el submarino S80, las fragatas F110 o las corbetas Avante 2200, que le permiten llegar a los 1.200 millones de euros de facturación en el área de defensa y mantener una cartera de pedidos de más de 7.500 millones a largo plazo.
Indra cerró 2024 con 4.483 millones de euros de facturación total, de los que algo menos de la cuarta parte, 1.031 millones, corresponden al área de defensa, si bien con un crecimiento anual del 26%. La participación de Indra en el programa del caza europeo Eurofighter ha sido un hito tecnológico en España, con un contrato de 180 millones.
El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y experto en temas de seguridad y defensa, Antonio Fonfría, entiende que ese proceso millonario que se abre en Europa facilitará que en la estructura empresarial del sector de la defensa se produzca una evolución lógica, que otros países como Estados Unidos pusieron en marcha antes, y que dejará unos cuantos grandes grupos al estilo del "Airbus europeo".
A su entender, la inversión se centrará en negocios como el de los satélites, los misiles o la construcción naval, que funcionarán junto a la cadena de suministro de siempre en forma de empresas de menor tamaño, en un segundo nivel. La tercera pata la pondrán unas pocas empresas transversales y centradas en tecnologías de nicho.
El reto para España
El gasto total de Europa en defensa alcanzó los 326.000 millones en 2024, de los que la industria comunitaria recogió un retorno de 159.000 millones, según datos oficiales del Consejo Europeo.
Esa cifra total supone un 1,9% del PIB conjunto de los Veintisiete, si bien hay países como España que están a la cola de gasto en defensa, con apenas un 1,28% de su PIB y 19.728 millones de gasto en 2024.
Si Pedro Sánchez sigue la senda prevista, debería llegar al 2% del PIB en 2029 con más de 30.000 millones de euros de gasto. Pero si prospera la propuesta de Von der Leyen y hay que aumentar un 1,5% de PIB en inversión sobre la situación actual, puede que tengan que alcanzarse los 40.000 millones antes incluso de ese plazo.
A pesar de su menor aportación, algunos documentos del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) destacan que España es prácticamente el único país de la UE que participa, en mayor o menor medida, en todos los programas europeos para defensa que hasta ahora se han puesto en marcha.
Para el investigador principal del Real Instituo Elcano, Félix Artega, esa es una de las claves de que España, a pesar de ser de los estados que menos invierten en defensa, sea uno de los que más vinculan su gasto militar a las capacidades que exige la OTAN.
Pero este hecho no va colmar las exigencias de Trump ni los planes de la UE para aumentar el gasto. Unas reclamaciones que se van a tener que afrontar con unos socios de Gobierno en contra y sin Presupuestos Generales del Estado renovados en el horizonte.