
Sede de indra en Alcobendas (Madrid) Indra
Moncloa busca un acuerdo entre Indra y General Dynamics para retomar el control de Santa Bárbara y salvar el 8x8
El vicepresiente del área de combate de tierra de la multinacional americana ha venido a España y se ha reunido con el Gobierno en pleno enfrentamiento.
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El Gobierno considera fundamental el programa del blindado español 8x8 Dragón y está dispuesto a hacer de mediador entre Indra y la norteamericana General Dynamics para lograrlo, aunque eso suponga retomar el control de su filial española Santa Bárbara, que cuenta con la tecnología clave del proyecto.
El vicepresidente del área de combate en tierra (Land Systems) de General Dynamic y hombre de confianza de la todopoderosa presidenta Phebe Novakovic, ha viajado a Madrid para analizar la situación y ha pasado por Moncloa y por el Ministerio de Defensa en busca de una solución.
Fuentes empresariales consultadas en ambos lados consideran que la única forma de desbloquear la situación es una cumbre entre las dos empresas y el Gobierno para acercar posturas y buscar un acuerdo, ya sea con la operación de compra, ya sea con el compromiso de General Dynamics de cooperar con Indra en el 8x8, dentro del consorcio Tess Defence.
La recompra de Santa Bárbara, que se vendió en 2001 al gigante de EEUU por apenas 5 millones de euros, resolvería de un plumazo la situación, dado que Indra cogería de facto el liderazgo de todo el proceso de fabricación y podría utilizar las instalaciones de General Dynamics en la localidad asturiana de Trubia.
Pero la primera respuesta de la multinacional ha sido una negativa radical a pasarle a la empresa española su filial, con toda la tecnología que ha desarrollado estos años, sobre todo a la vista del nuevo mercado que se abre ahora con los 800.000 millones del plan 'Rearmar Europa' lanzado desde Bruselas.
Activar Tess Defence
Por lo pronto, Indra está a la espera de que se "active jurídicamente" la operación que se fraguó en octubre pasado y que le daba el 51% del consorcio Tess Defence, encargado del programa, frente al 16,3% cada uno de General Dynamics (Santa Bárbara), Escribano y SAPA, cada cual encargada de una parte del nuevo vehículo del Ejército.
La validez jurídica de esa reestructuración empresarial es imprescindible ahora si se quiere poner en marcha de una vez por todas la producción del programa estrella del Gobierno en materia de defensa, cuyos retrasos históricos ya se han saldado con multas de hasta 9 millones de euros y sobre el que planea ahora una sanción mucho mayor si sigue atascado.
El contrato en vigor se firmó en 2020 y tenía que haber empezado la entrega de los 34 primeros carros de combate el año pasado. Se ha aplazado todo a este ejercicio y hay diez vehículos de prueba en las instalaciones de General Dynamics de Sevilla, pero no parece que cumplan todas las especificaciones, aunque es el Ministerio de Defensa quien tiene que decidirlo.
Las fuentes consultadas aseguran que cuando Indra pueda ejercer el liderazgo legal de Tess Defence (o tome el control de Santa Bárbara) se decidirá dónde y cómo se pueden ensamblar los nuevos blindados, una función que hasta ese nuevo reparto accionarial estaba asignada a General Dynamics.
La pretensión declarada por el presidente de Indra, Ángel Escribano, pasa por hacerse con el control de la filial y con su tecnología, con la idea de convertir a Indra en un fabricante integral de vehículos blindados (desde el diseño al ensamblaje), si bien desde la casa matriz de General Dynamics han mostrado serias reticencias a que eso ocurra.
Durante una comparecencia parlamentaria en la Comisión de Seguridad del Congreso, el nuevo presidente de la empresa controlada por el Estado, que es además propietario con su sociedad familiar de algo más del 14% de Indra, aseguró que la primera entrega de once 8x8 Dragón está casi lista. "Ya mismo están", señaló, aunque por ahora no parece que eso esté tan claro.